Opinión

Los futuros de la educación

Lunes, Enero 30, 2023
Leer más sobre Juan Martín López Calva
¿Podremos contribuir a la construcción de un nuevo contrato social para la educación?
Doctor en Educación UAT. Tuvo estancias postdoctorales en Lonergan Institute de Boston College. Miembro de SNI, Consejo de Investigación Educativa, Red de Investigadores en Educación y Valores, y ALFE. Decano UPAEP
Los futuros de la educación

La invitación es a mirar hacia los futuros no como quien anticipa un destino inevitable y “se prepara para lo peor,” sino como quien proyecta un collage de visiones deseables y hace ingeniería inversa para crearlas y alcanzarlas.
Elisa Guerra. La historia detrás del reporte de los Futuros de la Educación de la UNESCO

En un relato muy emotivo del que tomo la cita que abre el artículo de hoy, Elisa Guerra, especialista en educación mexicana, que fue convocada como miembro de la Comisión para los futuros de la educación creada por la UNESCO en el 2020, justo antes de la propagación de la COVID-19 que puso al mundo en jaque, plantea su experiencia sobre el proceso de trabajo de esta comisión y los diálogos y discusiones necesarios para llegar al consenso necesario para publicar el reporte Reimaginar juntos nuestros futuros. Un nuevo contrato social para la educación, que puede encontrarse en la siguiente liga: https://unesdoc.unesco.org/ark:/48223/pf0000379381_spa

Elisa Guerra es integrante de MuxED (la red de Mujeres Unidas por la Educación), fundadora del Colegio Valle de Filadelfia y directora para América Latina de los Institutos para el Logro del Potencial Humano. Fue galardonada en 2015 con el premio “Mejor Educador en América Latina” del Banco Interamericano de Desarrollo y la Fundación ALAS, y ha sido finalista del Premio Global a la Enseñanza. Es autora de 26 libros y libros de texto, y es una apasionada de la educación temprana, la ciudadanía global y la enseñanza innovadora, según señala el blog en el que se publica su relato.

Según destaca la autora de este texto, esta es la tercera vez que la UNESCO, en sus ocho décadas de vida, convoca a una comisión internacional para pensar y plasmar en un documento las reflexiones sobre el estado y la prospectiva de la educación en el mundo.

Más artículos del autor

Las dos comisiones antecedentes tomaron el nombre de los políicos que las presidieron. El primer reporte titulado Aprender a ser: el mundo de la educación hoy y mañana, publicado en 1972, se conoce como el Informe Faure, por Edgar Faure -conocido político francés- y el segundo es el multicitado La educación encierra un tesoro, de 1996, que se conoció como el Reporte Delors por haber sido coordinado por Jaques Delors.

Este tercer reporte Reimaginar juntos nuestros futuros, fue elaborado por un amplio grupo de expertos de muchos países del mundo -presidido por primera vez por una mujer- y el trabajo para su elaboración coincidió como ya mencioné, con el período de la pandemia que obligó a cerrar las escuelas y fue una oportunidad especialmente significativa para repensar la educación en estos tiempos de crisis multidimensional que vive el mundo.

Como afirma la presidenta de Etiopía y a la par, presidenta de esta comisión para los futuros de la educación la Sra. Sahle-Work Zewde, esta pandemia “encierra el potencial de reformar radicalmente nuestro mundo…” pero esta transformación no se logrará automáticamente sino con la consolidación del debate público y la responsabilidad democrática, que posibiliten emprender “una acción colectiva inteligente”.

Aunque hemos escuchado muchas veces mensajes similares, parece que el mundo ha vuelto a la mal llamada “nueva normalidad”, que en los hechos significa hacer de cuenta que no vivimos esa terrible crisis sanitaria, que no murieron millones de personas en el mundo y que todo puede seguir como estaba. De ahí la relevancia de la reinvención de la educación.

En su página 7, el reporte plantea que son tres “…las preguntas esenciales que deben plantearse en materia de educación de cara a 2050, a saber, ¿qué deberíamos seguir haciendo?, ¿qué deberíamos dejar de hacer? y ¿qué debería reinventarse de forma creativa?”

Sin duda habría que plantearse seriamente estas preguntas antes de diseñar cualquier reforma educativa o cambio curricular en los distintos lugares del planeta. Porque sin duda hay muchas cosas que deberían seguirse haciendo porque siguen siendo pertinentes para la educación del presente y del futuro, pero hay otras que deberían dejarse de hacer porque ya no responden a los desafíos de los nuevos tiempos y a las características y aspiraciones de las nuevas generaciones.

También hay elementos de los sistemas educativos y de las prácticas docentes que deberían reinventarse creativamente para responder no sólo a lo que esperan las nuevas generaciones de la escuela y la universidad sino a lo que la sociedad desigual, injusta, excluyente y violenta está necesitando para transformarse.

A pesar de esta crisis de humanidad que padecemos, la comisión afirma en el reporte que existen muchos motivos para mantener la esperanza. No podría ser de otra forma siendo la educación, como he dicho reiteradamente de acuerdo a Gorostiaga, la profesión de la esperanza, y el sistema educativo el bien estructural que debe responsabilizarse de organizar esta convicción de que las cosas pueden y deben cambiar.

Para lograr este cambio, el documento plantea algunos lineamientos y llamados que enuncio solamente por falta de espacio:

- La pedagogía debería organizarse en torno a los principios de cooperación, colaboración y solidaridad.

- Los planes de estudios deberían hacer hincapié en un aprendizaje ecológico, intercultural e interdisciplinario que ayude a los alumnos a acceder a conocimientos, y producirlos, y que desarrolle al mismo tiempo su capacidad para criticarlos y aplicarlos

- La enseñanza debería seguir profesionalizándose como una labor colaborativa en la que se reconozca la función de los docentes de productores de conocimientos y figuras clave de la transformación educativa y social.

- Las escuelas deberían ser lugares educativos protegidos, ya que promueven la inclusión, la equidad y el bienestar individual y colectivo, y también deberían reimaginarse con miras a facilitar aún más la transformación del mundo hacia futuros más justos, equitativos y sostenibles.

- Un llamamiento a la investigación y la innovación.

- Un llamamiento a la solidaridad mundial y la cooperación internacional

- Las universidades y otras instituciones de educación superior deben participar activamente en todos los aspectos de la creación de un nuevo contrato social para la educación.

- Es esencial que todos puedan contribuir a forjar los futuros de la educación

Finalmente, el documento concluye con un punto de partida imprescindible: “Establecer un nuevo contrato social para la educación es un paso fundamental para reimaginar juntos nuestros futuros”.

¿Estaremos a la altura de este gran reto? ¿Podremos contribuir desde nuestra trinchera a la construcción de este nuevo contrato social para la educación?

Vistas: 519

Loadind...