Opinión

El método de 'Los Ardillos'

Lunes, Junio 20, 2022
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Quiero contarle algo que podría ser de su interés si usted es empresario o comerciante en Puebla
Doctor en Administración Pública con estudios de doctorado en Ciencias Penales. Especialista en inteligencia y cotrainteligencia con más de 30 libros publicados. Ha diseñado un mapeo sobre la feudalización de la delincuencia organizada en México.
El método de 'Los Ardillos'

Hace unos días, uno de los principales apoyadores de la causa de Jalisco en el estado de Puebla, tuvo a bien señalar que, en esta última entidad no había grupos de alto impacto que influyeran en el control de los mercados públicos.

Me acordé de Eduardo Valle, “El Búho”, legendario personaje en los pasillos de la Procuraduría General de la República, quien solía rebotar de risa cuando contaba que un procurador juró ante la prensa que la institución que dirigía, no tenía la menor idea de quién era Amado Carrillo.

Así, al saber que los mercados locales en Puebla no tienen jugadores criminales, me tranquilicé y mi mente voló: “El Cachibombo” no tiene nada que ver en La Cuchilla y la Central de Abasto. “El Croquis” no se enseñorea en el Mercado Zaragoza. Los Linares no tienen conexiones en el Mercado Morelos y “El Shaggy” no posee vínculo alguno en el Mercado Zapata, así como el tianguis de San Isidro no es feudo de “El Yuca”.

Calmoso por tantas buenas noticias, quiero contarle algo que podría ser de su interés si usted es empresario o comerciante y se dedica a los productos perecederos. El tema inicia en Guerrero, con un grupo criminal de alto impacto que se llama “Los Ardillos”, en honor a su fundador, Celso Ortega, devoto del secuestro y vinculado al PRD.

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En términos de cultivo y comercialización de amapola, el estado de Guerrero está dividido en familias que se disputan ferozmente el mercado, pero complementan sus ingresos con el cobro de piso a cualquier actividad productiva.

En la actualidad, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) está desconfigurando un poco el panorama porque quiere abrir brecha en ese territorio, en el que lo mismo puede encontrarse a células de la Familia Michoacana, que del cártel de Sinaloa, pero también hay grupos independientes que anidaron en la sierra.

Ahí, he identificado a seis familias que custodian una notoria superficie para cultivar amapola y una de ellas, es justamente la de “Los Ardillos” quienes, a últimas fechas se han encontrado con la horma de sus zapatos que les pelea milímetro a milímetro, “Los Tlacos”.

Esas seis familias tienen el control de docenas de ayuntamientos, incluyendo alcaldes y obviamente, al consabido secretario de Seguridad Pública, con un dominio territorial que lo mismo incluye a Chilapa, que a Mochitlán, Quechultenango o, Zitlala y no pocas zonas periféricas a Chilpancingo. Su bastión es Chilapa, por cierto.

Pues, el caso es que “Los Ardillos” encontraron un nicho de negocio especializado: extorsionar adentro de los mercados públicos, a personas que expenden pollo. Pollerías, sí, tal cual.

Puede sonar de risa la idea, pero en la práctica representa millones de pesos al mes y puede producir un gran problema en las zonas donde se aplica esta clase de cobro de piso. Haciendo cuentas, la ofensiva contra las pollerías en esa zona de Guerrero rindió frutos en menos de quince días.

Lo que hicieron los criminales fue presionar salvajemente a los expendedores de pollo para que cerraran sus puertas en los mercados públicos. Y luego se siguieron con los distribuidores, disparando contra sus choferes y repartidores.

En días, la población resintió la escasez del producto y el precio se disparó a las nubes. Tímidamente se implementaron operativos para custodiar a las pollerías como si fueran bancos. De todos modos, el precio no bajó y los consumidores optaron por irse al supermercado si les queda alguno cerca.

Así, los expendedores de pollo en esa zona se encontraron bajo un fuego cruzado: ¿pagar la extorsión a “Los Ardillos”? ¿Pagar el piso a “Los Tlacos” para que los defiendan de “Los Ardillos”? ¿Cerrar? ¿Pagar seguridad armada? Y, ¿qué hacer con el precio del producto?

La respuesta llegó casi de inmediato con la política de Andrés Manuel López Obrador y la persona que tiene gobernando en Guerrero. Al hacerse de lado el Estado, se incrementó el cobro de piso y tal acción está afectando a innumerables personas en Chilpancingo, pero también en Acapulco y Taxco.

El cobro de piso se está generalizando. La idea de la delincuencia organizada es establecer un precio en ciertos productos, haciéndose socia de los productores y expendedores, tal y como sucedió en Italia hace algunos años.

Lo que le cuento de Guerrero está impactando a toda la cadena productiva y ahora mismo, se cierne un gran riesgo desde el inicio del proceso avícola hasta las gasolineras. Y a lo anterior agregue la desaparición de personas, muchas porque se niegan a pagar piso y otras tantas porque son levantadas para trabajar forzadamente en estos grupos criminales.

Por si usted considera que el tema no podría empeorar, espere un momento. Los enemigos jurados de “Los Ardillos” con mayor capacidad de fuego no solo son “Los Tlacos”, sino “Los Rojos”, esos que alguna vez formaron parte de la organización Beltrán Leyva.

El tema viene a colación porque en Puebla operan grupos criminales especializados en el narcomenudeo, que en sus filas tienen a familiares de liderazgos de “Los Rojos”, operando tanto en Puebla capital como en Acatlán de Osorio, Atlixco, Guadalupe Santa Ana e Izúcar de Matamoros.

El corredor Puebla-Mixteca tiene un problema con sus grupos delictivos de alto impacto y el conocimiento que podrían importar de “Los Ardillos” generaría un alza en el cobro de piso en esa zona de Puebla, como nunca se ha visto.

El mensaje va a tiempo, todavía. Con todo, hay omisiones que confirman complicidades. Cuando la catástrofe se hace rutina y ésta se perdona, los ciudadanos también son culpables.

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