Opinión
El PRODEP en la BUAP
El 16 de marzo recibimos la información respecto a la Convocatoria para el Reconocimiento del Perfil Deseable 2022 del Programa para el Desarrollo Profesional Docente (PRODEP). Este programa es coordinado por la Secretaría de Educación Pública y señala como Objetivo para el Tipo Superior:
a) Profesionalizar a los profesores de Tiempo Completo con apoyos para realizar estudios de posgrado de alta calidad, para incorporar nuevos profesores de tiempo completo, para reincorporar a exbecarios y reconocer a los profesores de tiempo completo que cuenten con el perfil deseable para que alcancen las capacidades de investigación-docencia, desarrollo tecnológico e innovación con responsabilidad social.
b) Contribuir a que los profesores de tiempo completo se articulen y consoliden en Cuerpos Académicos (CA) para generar una nueva comunidad académica capaz de transformar su entorno.
Lo primero que se nos viene a la mente es que esta convocatoria está dirigida exclusivamente a los profesores de tiempo completo y no pueden acceder a ella ni los medios tiempos ni los profesores(as) de asignatura hora clase. Según datos correspondientes al presupuesto del año pasado, la plantilla reconocida por la SEP era de 1 895 profesores de tiempo completo, 874 medios tiempos y 9 052 plazas para profesores asignatura. Estas últimas seguramente no corresponden al número de personas porque la universidad no tiene más de 11 000 docentes.
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Asimismo, la SEP reconocía 944 profesores con perfil PROMEP (ahora PRODEP), de los cuales 45 son titulares “C”, 842 titulares “B”, 51 titulares “A” y 6 Asociados “C”.
Otros datos importantes: de los 1895 tiempos completos, el 61% son Titulares “C” (1 155), la categoría más alta del tabulador de académicos; 292 titulares “B” (15%); 213 titulares “A” (11%); 138 Asociados “C” y “B” (7%); y el 8% restante entre Asistentes y Técnicos Académicos de tiempo completo.
Dos cosas saltan a la vista. La primera y más importante es que la pirámide de académicos, según su categoría está invertida. Esto significa que los salarios son tan bajos que las contrataciones se han agolpado en el nivel más alto. La segunda es que, aparentemente, casi el 50 por ciento de los profesores de tiempo completo tiene el perfil PROMEP. Lo raro es que 842 de éstos son titulares “B” y sólo aparecen 292 profesores reconocidos con esta categoría. ¿Cómo se entiende que casi se triplique el número? Una incongruencia que se debe explicar.
Pero volviendo al objetivo del PRODEP, nadie podría estar en desacuerdo con éste; sin embargo, todos los perfiles PROMEP ya son titulares (sólo hay 6 asociados), de manera tal que todos(as) son doctores(as) y para ser contratados(as) tuvieron que presentar las credenciales que los(as) acreditan como capaces de enseñar, investigar y de “innovar”.
Por otra parte, no podemos dejar de advertir que la intención de formar una “nueva comunidad académica capaz de transformar su entorno", a partir de la conformación de los cuerpos académicos (CA), da por sentado que la comunidad académica anterior u originaria no tenía esta calidad de responsable social y simplemente la historia de la universidad desmiente este lugar común, propio de este tipo de programas. En realidad, los cuerpos académicos han tendido a atomizar a las academias de profesores y profesoras que tienen a su cargo todas las tareas propias de los docentes.
La verdad de las cosas es que este programa (PRODEP) como el resto de las políticas públicas de los últimos treinta años sólo han sido el instrumento para minimizar el trabajo especial de los académicos y justificar así la baja remuneración por todas las horas que le dedican a la docencia, a la investigación y a la difusión de la cultura.
¿No les parece a ustedes de la mayor importancia devolver a los académicos la posición relevante que ocupan por el trabajo especializado que desempeñan y exigir a la administración universitaria que asuma el papel que le corresponde explicando las inconsistencias en la información sobre las plazas?
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