Opinión
2 sentidos, los más importantes que no están en los 5
Nazareth Castellanos, neurocientífica española investigadora del Laboratorio Nirakara-Lab de la Universidad Complutense de Madrid, actualmente investiga la interacción entre el cerebro y otros órganos como el corazón, intestino y pulmones midiendo su actividad electromagnética y composición de microbiota -que es la comunidad de microorganismos vivos residentes más densamente en el intestino humano-, para estudiar los mecanismos biológicos de la regulación emocional y los que subyacen a la práctica de la meditación y el estilo de vida. Sus líneas de investigación se han centrado en la implementación de métodos matemáticos para la estimación de las redes cerebrales y su reorganización en pacientes con daño cerebral y enfermedad de Alzheimer.
Castellanos afirma que los humanos NO sólo tenemos cinco sentidos exteroceptivos, -que perciben lo que viene de fuera-, ni son los más importantes para el cerebro: -olfato, vista, oído, tacto y gusto-; otros dos son los recién llamados sentidos -debido a que el cerebro recibe como información y debe responder a ellos de una u otra forma-, los que tienen prioridad en el cerebro sobre los otros cinco. El primero, la interocepción que tiene la máxima prioridad para el cerebro, ya que le llega la información de lo que sucede dentro de órganos como el corazón, los pulmones, el estómago y el intestino; el segundo, la propiocepción, que es la información que le llega al cerebro de cómo está mi cuerpo y en concreto de la cara- de cómo está mi cuerpo por fuera: postura, gestos, sensaciones que tengo a lo largo de mi cuerpo. Estas sensaciones son, por ejemplo, de mi tripa cuando me pongo nerviosa, o un nudo en la garganta, o la pesadez de ojos cuando estoy cansada. Antes se pensaba que esta era información pasiva para el cerebro, pero ahora son ‘sentidos’, prioritarios para el cerebro.
Castellanos añade que en nuestro cerebro hay una zona que es como una diadema, la corteza somatosensorial, y allí está representado el cuerpo, cómo está mi cuerpo y la cara en concreto:
“Antes se pensaba que las zonas más grandes en nuestro cuerpo tienen más neuronas en el cerebro y que, a la espalda, que es muy grande, el cerebro le dedicaba muchas más neuronas que, por ejemplo, al dedo meñique. Pero se descubrió que no, que el cerebro da más importancia a unas partes del cuerpo… y da más importancia a la cara, a las manos y a la curvatura del cuerpo. Entonces mi dedo meñique tiene como cien veces más neuronas dedicadas a él que toda la espalda, que toda la pierna, porque las manos son muy importantes para nosotros. El cerebro da una importancia tremenda a lo q sucede en la cara (…) Cuando una persona frunce el ceño, está activando una zona relacionada con la amígdala. Es una parte del cerebro que está en zonas profundas y que está más involucrada en la emoción. Con mi ceño estoy activando mi amígdala, por tanto, si llega una situación q es estresante voy a reaccionar más, porque yo ya tengo esa zona preparada. La amígdala, que es como una almendra, es una zona que cuando llega una situación estresante se activa, crece más. Entonces es una zona que es mejor tener calmada. Pero si ya está activada, cuando llegue una situación estresante se va a hiperactivar, y esto hará que yo hiperreaccione. Intentar suavizar el ceño, desactiva un poco nuestra amígdala, relaja.”
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“Además de la musculatura alrededor de los ojos, la segunda parte importante para el cerebro en la cara es la boca. No somos conscientes del poder que tiene, es impresionante (…) Se ha visto por ejemplo que cuando vemos a personas sonrientes somos más creativos, aumenta nuestra capacidad cognitiva; la respuesta neuronal ante una cara sonriente es mucho más fuerte que ante una cara que no sonríe o una cara enfadada. La ínsula, que es una de las zonas del cerebro más involucradas en la identidad, se activa cuando vemos a alguien sonreír o cuando sonreímos nosotros mismos. Sonreír no es reírse, es diferente. Entonces vemos el poder que tiene una sonrisa sobre nosotros, porque el cerebro, como hemos dicho, dedica una gran cantidad de neuronas a la cara.”
“La propiocepción es una información a la que el cerebro tiene que reaccionar. Si yo estoy triste, si me enfado, si estoy alegre, mi cara lo refleja, pero al revés también. Si yo tengo una cara enfadada, el cerebro interpreta ‘esta cara es propia de enfado por tanto activo mecanismos de enfado’, o ‘esta cara es propia de estar tranquila y por tanto activo mecanismos de estar tranquila’. Es decir, el cerebro busca siempre lo q se llama la congruencia mente-cuerpo. Y esto es interesante porque ¿qué pasa si yo estoy triste o estoy enfadada, estresada, y empiezo a poner una cara relajada? Al principio el cerebro dice ‘esto no cuadra, está nerviosa, pero pone una cara relajada’. Y luego empieza a generar algo que se llama la migración del estado anímico. El cerebro dice, ‘vale, pues intento adaptar el estado anímico a la cara’. O sea que fíjate qué recurso tenemos.”
Fuente: https://www.bbc.com/mundo/noticias-64416545
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