-¿Cómo podríamos educar desde niños a los hombres para que su convivencia con las mujeres sea con respeto y equidad? Y a la inversa: ¿Cómo podríamos educar a las mujeres, desde pequeñas, para que su convivencia con los hombres sea igual, de respeto y equidad?, pregunté a una joven de 16 años. Amplié: ¿Qué convierte a algunos hombres en ‘machos alfa’ que sienten, piensan y actúan con deseos de sometimiento y control hacia las mujeres? Y a la inversa, ¿qué convierte a las mujeres en víctimas sometidas y controladas?

La joven caviló un rato y respondió: ¡Es la crianza!

Repregunté: ¿Qué de la crianza?

Quedó pensativa.

-Creo que los hombres tienen un código diferente para relacionarse con la gente y aún entre ellos; de niños los ves jugando con su pene y de adolescentes hacen bromas entre ellos sobre su pene. No sé si sea algo tan importante tener un órgano sexual externo, no lo había pensado...

-¿Crees que tener un órgano sexual externo podría ser determinante para convertir a un hombre en macho alfa?

-¡Sí!, porque lo ven, lo juegan y creen que es lo más importante de y para ellos.

-¿Por qué podría ser lo más importante?

-Porque lo tocan, sienten placer ¡les gusta y se dejan llevar!, y por eso creen que tienen poder. Creo que algunos hombres tienen el pene en la cabeza y no tienen más nada: domina sus pensamientos, sus emociones, sus deseos, su convivencia con la gente y sus ansias de poder; así lo único que quieren es dominar a las mujeres y a todo el que se deje, porque el pene no les aporta lógica ni razonamiento ni permite que el cerebro funcione.

-Y algunas mujeres, ¿por qué se someten?

-Porque creen que, por alguna razón, los hombres son superiores. Y volvemos al pene…

-¿Entonces crees que el pene es el responsable?

-¡No, responsables los hombres que tienen el pene en la cabeza como único valor! ¡Y las mujeres que les creen! Aquí el pene es algo simbólico, como lo único importante para los machos. ¡Imagínate un hombre con un pene en la cabeza, sería muy obvio!

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