Así juzgará la historia a Volodímir Zelenski y a Vladimir Putin respectivamente, en vista del horror que se vive con la guerra en Ucrania, producto de la megalomanía de un presidente ruso que sabe, tiene en sus manos el futuro del mundo.

He leído y platicado con personas que aseguran que "solo se está contando la historia o versión de Occidente”, lo que Estados Unidos quiere que se sepa, y que el presidente ruso "está" en su derecho de "rescatar" territorios hoy ucranianos donde habitan mayormente rusos y que, en un pasado, pertenecieron tanto a la Rusia zarista como a la ex Unión Soviética. No puedo más que sorprenderme por tan absurdos argumentos vertidos por personas que parecen inteligentes.

Otorgándoles la razón en parte, sí, esos territorios están ocupados mayormente por personas de origen ruso. Pero el territorio es de Ucrania legal y legítimamente. Esas personas pueden perfectamente irse a vivir a Rusia y dado el gran interés del presidente Putin, incluso puede ponerles casa, darles trabajo y darles una medalla al patriotismo.

Las dos regiones en conflicto, Donetsk y Lugansk, efectivamente hicieron un referéndum para decidir volver a ser parte de la Federación Rusa, apoyados por un expresidente de Ucrania por demás manipulado y entregado a las órdenes de Vladimir Putin.

La historia determina el presente y la legalidad le da forma. Lo que es, es, y si en realidad Putin es un paladín defensor de su pueblo y su "legítimo" interés es "liberar" a esas regiones que considera de Rusia, ¿por qué invadir todo el territorio de Ucrania?, ¿por qué bombardear instalaciones civiles?, ¿por qué atacar Chernóbil?

Escucho quienes dicen: las imágenes son creadas, es pura propaganda de Ucrania apoyada por Europa y Estados Unidos. Puede ser, hoy la comunicación cambió y efectivamente cabe la posibilidad de manipular imágenes y crear realidades de manera relativamente sencilla.

Pero, ¿los periodistas de CNN y otras cadenas internacionales asesinados ayer también son propaganda?, ¿se suicidaron? Y ¿qué decir de los cientos de miles de personas que han salido a Polonia, Hungría y Rumanía? ¿Qué hay de las imágenes en Alemania que rompen el alma al ver la solidaridad de personas en la estación del tren recibiendo a los desplazados y ofreciéndoles alojamiento, ropa y comida? Esos mismos alemanes que causaron y padecieron los horrores de la Segunda Guerra Mundial, ocasionada por otro megalómano, por otro "Mesías", llamado Adolf Hitler.

Zelenski es un actor cómico que se convirtió en presidente producto de la corrupción que prevalecía en su país y en virtud del descontento de los ucranianos por el entreguismo del entonces presidente hacia Rusia.

Zelenski se convirtió en celebridad y lo que comenzó como un programa de televisión se transformó en un partido político y en un movimiento social que lo llevó a la presidencia. Lo que en retrospectiva parece una locura, si ve usted uno de sus programas y los personajes que interpretaba, hoy increíblemente se materializa en que su capacidad para comunicar, su talento histriónico y un poderoso conocimiento de la importancia de la narrativa y las imágenes, lo han posicionado como el ejemplo de un líder.

El débil contra el fuerte.
El oprimido que pide justicia.
El demócrata que pide se detenga al dictador.
El patriota dispuesto a dar la vida para detener a otro Hitler en su camino hacia Europa.

Zelenski habló ante el Congreso de los Estados Unidos y su discurso fue excelso. Les recordó Pearl Harbor y lo que significó, el 9/11, y puso en su cabeza las imágenes más horrendas de genocidio que uno puede ver en pleno siglo XXI.

Putin será recordado como un dictador, un genocida, un paria que amenazó explícitamente al mundo con comenzar una tercera guerra mundial con bombas nucleares. Ése será su legado.

El de Zelenski, si sobrevive, posiblemente el Premio Nobel de la Paz.

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