Opinión
Discriminación racial en Puebla
Según información recabada en el portal de Amnistía Internacional, el 21 de marzo de 1960, en la ciudad de sudafricana de Sharpeville, agentes de la policía racista abrieron fuego contra un grupo de personas que protestaban pacíficamente contra la aprobación de la “ley de pases”. Esta ley formaba parte de la política de segregación racial creada para limitar los derechos de las personas afrodescendientes y mantener la dominación de la minoría blanca. Para lograrlo obligaba a la población afro sudafricana a llevar un pase para controlar y restringir sus desplazamientos en zonas urbanas y rurales del país. En la masacre murieron 69 personas, entre ellas mujeres y niños, y más de un centenar resultaron heridas, todas ellas afro. La masacre en Sharpeville, es un acto criminal inherente a la segregación racial, que provocó una oleada mundial de protestas y fue condenada por Naciones Unidas. Por esto mismo cada 21 de marzo, se instituyó como el Día Internacional para la Eliminación de la Discriminación Racial.
El México actual según Luis Javier Cortés Adame en su artículo “La discriminación racial en México” publicado en Animal político el día 21 de marzo de 2023 nos dice que:
“… la última Encuesta Nacional sobre Discriminación (ENADIS) realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), 2 de cada 10 personas de 18 y más años se han sentido discriminadas por algún motivo. Los más frecuentes son la forma de vestir o el arreglo personal (30 %), el peso o la estatura (29.1 %) y las creencias religiosas (28.7 %). La discriminación que sufre la población indígena es aún mayor, debido a que la misma ENADIS revela que el 24 % de la población indígena mayor a 12 años (aproximadamente 2.4 millones de personas) ha experimentado al menos una situación de discriminación y el 40.3 % considera que la causa que la propició fue su condición de indígena. La discriminación a los indígenas no solo se queda en burlas, insultos y hasta amenazas, sino que funge como una barrera de acceso a derechos y servicios innatos a cualquier persona…"
El Colegio de México afirma al realizar el estudio “Tono de piel y desigualdad socioeconómica en México”, que el racismo y la discriminación por tono de piel en México tienen efectos importantes en las oportunidades de vida y el bienestar, al utilizar por primera ocasión en la Encuesta PRODER 2019 medios ópticos para recabar información sobre el tono de piel en adultos, mediante colorímetros digitales aplicados en el dorso de la mano y la muñeca socioeconómico de las personas.
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Este tipo de discriminación, la discriminación racial es una de las más invisibilizadas en el estado de Puebla, es subestimada por autoridades, políticos, empresarios, periodistas, activistas y lideres de opinión, una porque tenemos totalmente interiorizada la discriminación racial en nuestro Estado que no hemos sido capaces de ver lo racistas que somos, segunda por la falta de denuncias provocando la invisibilización de ciertos grupos étnicos o raciales en las estadísticas oficiales y la tercera razón porque son las y los antes citados los que de manera sistemática prefieren invisibilizarlos antes de que arrojen datos estadísticos o visuales que afecten su proceder público, social o de imagen pública.
En Puebla ni autoridades ni sociedad civil se toman con seriedad la discriminación ni se atiende de manera transversal, siempre invariablemente se pretende estudiar y analizar de manera segmentada o disfuncional y no como un todo que afecta a todos los sectores vulnerables de la sociedad, por ejemplo, tenemos datos duros y reales que deberían de ser tomados en cuenta como base a todas las discriminaciones para todos los sectores. El Centro de Derechos Humanos Fray Francisco de Vitoria indica que la discriminación racial es particularmente común en las áreas rurales de Puebla, donde las poblaciones indígenas enfrentan discriminación en el acceso a servicios de salud, educación y empleo. Además, se han denunciado casos de violencia física y psicológica contra las comunidades indígenas en Puebla.
El Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED) en 2017 encontró que el 9.8% de los habitantes de Puebla encuestados afirmó haber sido discriminado alguna vez en su vida debido a su color de piel o etnia. Además, el mismo estudio encontró que el 17.3% de los encuestados en Puebla tenía una percepción de discriminación en su vida diaria debido a su color de piel o etnia. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) en 2015 encontró que el 34.6% de la población indígena de Puebla había experimentado algún tipo de discriminación en los últimos cinco años.
En el año 2020 se tiene registrado que la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Puebla recibió más de 80 quejas relacionadas con la discriminación, incluidos casos de discriminación racial. Sin embargo, es importante tener en cuenta que estas verdaderas estadísticas pueden subestimar la magnitud del problema, ya que muchas personas no pueden denunciar la discriminación por temor a represalias o por desconfianza en las autoridades, incluso en el año 2020 la mayoría de las personas que presentaron una queja o que intentaron presentar una queja en la Comisión Estatal de Derechos Humanos sufrió alguna forma de obstrucción para la presentación de las mismas, lo cual trajo como consecuencia que muchas quejas no se hubiesen presentado finalmente.
Los informes antes expuestos son solo una muestra de la magnitud del problema de la discriminación racial en Puebla y es probable que sea la más profunda y si no hacemos nada como hasta hoy, se puede agravar más.
Existen soluciones, pero no son atractivas para los políticos ni mercenarios de los derechos humanos, pues para los primeros son soluciones que no tendrán resultados inmediatamente sino tal vez sean posterior a sus mandatos y para los mercenarios de los se trata de invertir en la gente y no de invertir en proyectos ni soluciones mágicas que pueden ser entregadas en un acto protocolario para posteriormente cobrar el cheque del proyecto, sino que se trata de trabajo diario y constante donde periódicamente se vaya midiendo resultados parciales que deben ir mejorando el entorno e interiorizando la dignificación de los derechos humanos, es decir, no se trata de generar más sociedad dependiente sino de motivar sociedades independientes, propositivas y auto-gestionables.
Para los ayuntamientos, estados y candidatos, aquí les van 9 puntos para combatir el racismo, la discriminación y la xenofobia que tendrían que adoptar los municipios;
1. Diagnosticar con indicadores las formas de discriminación antes de implementar políticas que las combatan.
2. Armonizar el marco normativo en materia de discriminación.
3. Generar mecanismos de supervisión transparencia y seguimiento que vayan en contra de la discriminación.
4. Establecer acciones que incentiven la equidad laboral, de vivienda, y servicios básicos.
5. Establecer mecanismos que incentiven la participación en la gestión pública.
6. Establecer herramientas, acciones y políticas educativas que combatan la discriminación en centro educativos y áreas de influencia
7. Incentivar el diálogo intercultural entre las culturas occidentales y las culturas indígenas, afrodescendientes.
8. Provocar acciones e iniciativas de protección y atención a las infancias vulneradas y vulnerables
9. Promover acciones que busquen erradicar las prácticas discriminatorias; entre otras más.
Para su atención y seguimiento escríbannos a nuestras diversas redes sociales [email protected], aquí nuestra video columna:
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