Opinión
Cultura y derechos humanos
Hoy vivimos en el estado de Puebla un ciclo de violencias de todo tipo y en todos los niveles. Hoy en día la descomposición social en nuestra entidad es cada vez más grave lo que trae consigo mas violencia, mas inseguridad, más dolor y esto provoca incluso el rompimiento de las redes familiares, de protección y seguridad que requerimos todos, especialmente nuestras infancias, mujeres y adultos mayores, así como los grupos identificados como en situación de vulnerabilidad.
Incluso la violencia también le llega a esos grupos que no se encuentran en esta situación, lo cual hace evidente que la inseguridad, la impunidad, la colusión en nuestro estado ha roto incluso el cerco de los privilegiados, grupos que tanto se les protegió en la época de oro del neoliberalismo mexicano. Hoy la descomposición social nos afecta a todas las personas, aunque las que más lo resienten evidentemente siguen siendo los más pobres y con pocas herramientas para sobreponerse, por lo mismo es necesario romper con este ciclo de violencia que se vive en nuestro estado y como parte de las alternativas de solución profundas y a largo plazo será invariablemente la cultura.
Al hablar de Cultura y Derechos Humanos, la mayoría se va por dos rutas: una ruta es la de cultura de paz que, aunque es parte de esto, no es el enfoque o la ruta que estamos proponiendo; el otro camino es la diversidad cultural no solo como la finalidad de algo, sino como herramienta que nos permita provocarles a todas las personas el generar saberes de derechos humanos más allá del tradicional proceso de un maestro enseñando a un alumno en un aula de escuela.
La intención es incomodar al status quo, con acciones creativas que estimulen interiorizar, provocar, construir y cuestionarnos a nosotros mismos nuestro actuar frente a los derechos humanos, y sistematizar la interacción armoniosa y el diálogo intercultural entre las personas y los grupos con identidades culturales plurales, variadas y dinámicas para que sea la mejor garantía de paz y estabilidad en nuestros diversos círculos sociales y familiares. Necesitamos provocar a través de la cultura y las artes que sean detonantes de diversos procesos generadores de una existencia intelectual, emocional, moral y espiritual más satisfactoria para todos, para que de manera natural todas y todos protejamos las libertades fundamentales y dignifiquemos los derechos humanos de todas las personas, es decir, romper con nuestra lamentable modernidad de sociedades líquidas.
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Frente al flagelo que significa que vivamos en una modernidad líquida, donde nada es para siempre, nada es absoluto, todo cambia y todo es relativo, donde las ideologías o lo pensamientos profundos no existen y no son prioridad ni para los políticos oportunistas ni para los partidos pragmatizados, donde el poder público requiere a sociedades sin fondo ético para seguir siendo dóciles frente al control absoluto del Estado o sus aliados, es necesario el promover la cultura y las artes, bajo el criterio del respeto e impulso que la diversidad cultural significa, la preservación de un proceso vivo, un tesoro renovable, en beneficio de las generaciones presentes y futuras, que garantice los derechos humanos de todos, en un proceso de adaptación continua que promueva la capacidad de expresión, creación e innovación y es a través de las artes como podemos provocar entre la sociedad el respeto, la dignificación, la promoción, la difusión, el estudio y las alternativas de solución de los derechos humanos, no solo como una herramienta que provoque el conocimiento de lo que son los derechos humanos, sino también como una herramienta de prevención de la descomposición social y las violencias de todo tipo.
Existen diversos documentos que desde hace un tiempo hemos tenido la oportunidad de impulsar su construcción un ejemplo son los Lineamientos de los Centros Integrales y Centros Comunitarios de Prevención y Participación Ciudadana, el cual se elaboró bajo el modelo de intervención con enfoque de implementación y perspectiva de derechos humanos e igualdad de género.
Todo programa donde se pretenda crear políticas públicas con perspectiva de derechos humanos, obligatoriamente tiene que contar con dos objetivos. El primero que toda la instrumentación de acciones y objetivos busquen el garantizar la dignidad humana provocando la ausencia de violaciones a los derechos humanos, siendo más eficientes con la agenda pública; y segundo objetivo cumplir con los compromisos internacionales a través de acciones transversales que inhiben la discriminación, por ejemplo.
Entender que la reforma del 2011 abrió la puerta para que la Corte Interamericana de los Derechos Humanos pudiera generar enorme precedente donde rompió al control de constitucional anteponiendo el control de convencionalidad y el concepto pro persona por encima de normatividad de cualquier índole que vaya en contra de los derechos humanos y la dignidad de las personas, provocando que no sólo el legislativo construya leyes o el judicial emita sentencias bajo los criterios del Sistema Interamericano de los Derechos Humanos, sino que se obliga al Ejecutivo acatar estas ordenanzas a nivel federal, estatal y municipal incluso las estructuras más locales como las juntas auxiliares en el estado de Puebla, es decir, todas y todos estamos obligados a exigir como sociedad y como autoridad acatar el control de convencionalidad. Hoy toda autoridad, sea cual sea, esta obligada al complimiento bajo la lógica de dicho control y ya no bajo el control constitucional que tradicionalmente aplica el abogado en México y que se resisten a soltar no sólo autoridades o juzgadores, sino también litigantes y empleados públicos.
Ojo y mucho cuidado que la descomposición social se puede agravar aún más y por eso urge entrarle al tema de los derechos humanos, pues hoy a pesar de los esfuerzos de uno y de un pequeño grupo de personas que los acompañan, las cosas en México no han cambiado mucho, pues de qué sirve tener a un puro de Morena encabezando las carteras, si quien maneja el personal, los dineros y los programas son fieles empleados del pasado neoliberal, quienes al final terminan manejando y secuestrando a quienes son los titulares de las carteras, (qué hipocresía y cinismo de aquellas personas que dicen que no hay acceso aquellas personas que tengan pasado en otros partidos, aunque sean fieles soldados del movimiento desde su fundación y antes del 2018).
Hoy en México y en Puebla en particular, se vive un retroceso enorme, pues hoy el poder público está siendo manejado en algunos lugares por las fuerzas públicas/castrenses, en otros lados por el PRI y en otros más por el PAN y algunos más por el PRIAN, (chequen los antecedentes de todos los titulares de las carteras federal, estatales y municipales, regidores directores, secretarios y cuantas bajas existen en áreas estratégicas y de operación de personal de confianza de la época neoliberal y verán quienes mueve las aguas en cada cartera). En Puebla por ejemplo es una realidad que quien está pretendiendo tomar las decisiones en el estado es una minoría priista, frente al silencio lastimoso de una mayoría de Morena.
Es evidente que el objetivo principal de Luis Miguel Barbosa fue implosionar a Morena, pues actualmente sus espacios de decisión son controlados y en su mayoría manejados por el PRI que transitó al PAN y que hoy es convexo de Morena, acompañados primero del morenovallismo líquido de desconocidos que compraron o estafaron a sus jefes para que los nombraran regidores, directores, subsecretarios y secretarios, quienes le prepararon el terreno para la recién llegada elite morenovallistas que ha mutado del PRI al PAN y ahora a Morena y quienes hoy desde todas las trincheras siguen dominando el espectro político en el estado de Puebla, donde de nueva cuenta los ideólogos, los constructores de cultura, los que buscan provocar conocimientos sólidos y fijos, así como sociedad civil con causas reales, activistas y luchadores sociales fuimos desplazados en el 2018 y nuevamente en el 2021.
Interesante esta nueva clase política que llegaron como plaga de langostas a Morena y que se encuentra enquistada como regidores, funcionarios de primer nivel, titulares de organismos autónomos y que como se va viendo la plaga es y será cada vez mayor pues es comerse a Morena para el proceso electoral del 2024 pues ya han aterrizado para aterrorizar al partido desde dentro. Más políticos líquidos desconocidos y que hasta hace unas semanas seguían cobrando en el ayuntamiento del panista Eduardo Rivera o en gobiernos neoliberales de otras latitudes, mismos que no vienen solos; ahora ya vienen acompañados de las vacas sagradas del neoliberalismo rapaz como es en el caso de Puebla el morenovallismo y el emblemático caso de Mario Rincón quien se incorporó a los trabajos de Alejandro Armenta; hoy estamos viendo crecer exponencialmente a la devastadora plaga que se consumió a los militantes y las estructuras del PRI en la época de Mario Marín y después migró al PAN y se consumió la dignidad e ideología que los hacía ver distintos frente al PRI, llevándolos hoy casi a su extinción.
En este 2023 la plaga de langostas este llegando y creciendo hacia el interior de Morena, el partido del obradorismo, partido muy nuevo, partido mal asentado, sin una estructura formal fuerte, excesivamente orgánico, un partido sin estructuras municipales, sin seccionales, de ideología líquida, que difícilmente será capaz mantenerse de pie frente a esta devastadora plaga, y más aún en una era postAMLO donde no sea fortalecida la ideología y enaltecidos a sus militantes.
Al final Morena tiene en sus manos su permanencia o su extinción. Si su visión será la de la inmediatez estará destinado a la extinción y si la visión es darle profundidad al partido ideológicamente. Se puede volver desde el poder en una verdadera esperanza para México y Puebla, y si Morena decide tomar este segundo camino, no puede hacerlo sin pensar en hacer de los derechos humanos un pilar fundamental para su funcionamiento debiendo regresar desde lo nacional la Secretaría de Derechos Humanos a sus carteras.
A continuación, compartimos nuestra participación con respecto al mismo tema, Cultura y Derechos Humanos:
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