Opinión

Los (mal) designados

Miércoles, Marzo 15, 2023
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No es extraño que el efecto inmediato de los nuevos nombramientos estatales fuera de frustración
Es vicepresidente de Perspectivas Interdisciplinarias, A. C. (www.pired.org), organización civil con trabajo académico y de desarrollo económico de grupos vulnerables; y promotora de acciones vinculadas con la cultura comunitaria indígena y popular. Su línea de interés es la Huasteca y la Sierra Norte de Puebla.
Los (mal) designados

Los nombramientos anunciados por el gobernador el fin de semana no tuvieron el efecto positivo deseado, en el caso de haberlo deseado desde la perspectiva del gobierno. Quiero decir, que no estuvieron en consonancia con los anhelos de progreso y prosperidad de la gente en condiciones de pobreza y desamparo. La mayoría de la población.

No se dice, pero Puebla vive en un estado de emergencia. Ya no se trata de pobreza y pobreza extrema. Hay familias enteras en la ciudad de Puebla, no en los pueblos de indios, que deambulan por las calles, con niños de brazos y cogidos de la mano, con hambre. Cualquier observador de campo lo sabe. Los botes de basura al caer la noche es el mejor indicador de lo que digo.

Por eso es tan importante la competencia técnica (no la grilla) de las personas que acompañan al gobernador en los puestos vitales de la administración pública. Porque de su buen desempeño depende el futuro de personas y familias, en el día a día y en su vida futura. No hay más salida, que el buen desempeño de los gobiernos. Lo otro es enlistarse en las filas del mal.

Es posible también que en el caso de los nombramientos del fin de semana se trate de ese acto inconsciente de menosprecio, tan común en cierto grupo de políticos ilustrados del pasado reciente. De pensar que la gente de los suburbios o del pueblo rural, perdida en las sierras, o en los llanos inhóspitos, no piensa críticamente y carece de la capacidad intelectual de someter a juicio a sus autoridades.

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Es posible que la suponga gente sustraída de la vida pública, que vive ausente, ajena a las decisiones u omisiones de sus gobernantes, y que más temprano que tarde, todo lo echará en el saco de los despojos del olvido; y que en la próxima elección no habrá consecuencias de nada ni para el partido ni para el gobernante en cuestión.

Esto lo digo porque últimamente se habla mucho de grupos locales vinculados a Morena con proyectos electorales de largo plazo, pero de manos vacías. Estos, ya se sabe, o lo deben saber: su eventual triunfo está supeditado al buen desempeño y al rendimiento de buenas cuentas de sus principales actores y agentes; si no cómo quieren cautivar al electorado. Salvo que como en las tiras del gran Rius, lo tomen dormitando bajo el nopal.

En este contexto, no es extraño que el efecto inmediato de los nombramientos fuera de frustración y desencanto (lo vimos en las redes a modo de burla y en algunos comentaristas serios de periódico).  Fue creciendo la ola en la medida que se fueron revelando los nombres de los designados, las trayectorias, el desempeño, su honradez pública y las dependencias a cuya cabeza fueron puestos.

Por lo menos en los sectores atentos al curso de los acontecimientos del día-a-día, se esperaba del nuevo gobernador un golpe de timón que recupera parte del tiempo perdido con el finado Miguel Barbosa, y se relegitimara en el puesto poniendo en marcha grandes acciones de gobierno, toda vez que su nombramiento no pasó por el veredicto popular de las urnas.

Por aquí tuvimos la osadía incluso de proponer que se rehicieran los instrumentos de planeación, como corresponde a todo nuevo gobierno, en consonancia con el nuevo estado de cosas (en particular las consecuencias sanitarias del Covid-19), pero tampoco. Peligroso cuando un gobierno no escucha a sus gobernados, y cierra los canales de entendimiento.

Para las familias en pobreza y pobreza extrema la única esperanza para romper el círculo de privaciones, heredado de padres a hijos, es la escuela. Se trata de un hecho reconocido por tirios y troyanos, y ponderado por los principales organismos de desarrollo internacional.

Por eso llama tanto la atención el nombramiento hecho en la Secretaría de Educación Pública, de una persona que dista de estar en condiciones técnicas para desempeñar el cargo con eficiencia y eficacia, y mejorar la vida de cientos de miles de personas que hoy se meten a la cama con un nudo en el estómago (las mamás se las ingenian para dormir a los hijos a temprana hora y no pidan de cenar).

La esperanza de esas familias de que sus hijos tengan una vida mejor a la suya, pasa por la educación. Pero no de cualquiera; se requiere de una educación de calidad. Y para eso hace falta que el titular de la dependencia correspondiente, por lo menos sepa que se quiere decir cuando se habla de “eficiencia terminal”.

Me parece que con los nuevos designados todos salimos perdiendo. Pierde el gobernador en su reputación, de hombre comprometido con el bienestar y desarrollo de la entidad. Pierden (perdemos) los que creemos que la solución a los males que acechan a la entidad pasa por la implementación de buenas políticas de gobierno.

Las buenas políticas, las que mejoran la vida de las personas, precisan de buenos y diestros gobernantes. Buenos programas y proyectos, y mejores ejecutores de ellos. Porque lo uno va concatenado con lo demás.

De poco sirve el diseño de grandes proyectos (en el caso que los haya) si se dejan en manos de incompetentes. Esto lo explica muy bien el Banco Interamericano de Desarrollo en sus sucesivos informes regionales.

Creo que aquí se encuentra la magia que puede hacer de Puebla la entidad de progreso y desarrollo que tuvo alguna vez, en un pasado no muy remoto. Perdida y profanada en el transcurso de las últimas décadas por un grupo de gobernantes omiso e ineptos que, o privilegiaron intereses personales por encima de la mayoría, o no estuvieron a la altura de la honradez y el buen desempeño.

Aunque suene a lugar común: el futuro se construye con base en el desarrollo de la ciencia y la técnica, y su correcta aplicación en la solución de los grandes problemas. Prescindir de ellas es prescindir del futuro. Lo otro es apostar a los milagros, y los milagros en estados laicos no se logran.

En esta línea la nueva secretaria no ha podido demostrar estudios concluidos de nada, que asegure que podrá dialogar y entenderse con los representantes de las principales universidades, centros de investigación y colegios de la entidad. Si no hay entendimiento de iguales, en un estado de horizontalidad, como se dice ahora, no habrá capacidad de diseñar e implementar programas de mejora.

¿Qué piensa hacer la nueva titular de la SEP ante los contenidos obsoletos de la educación tecnológica que actualmente imparten las universidades tecnológicas y los institutos tecnológicos de la entidad, frente al paradigma de la inteligencia artificial?

En efecto, en caso excepcionales son prescindibles los títulos, y chocante la grandilocuencia de cierta academia, pues es sabido que lo que natura non da, Salamanca non presta. Pero no es el caso que nos ocupa.

Pues hasta ahora la nueva titular de la SEP no se le ha visto brillar en nada, que no sea en las burocracias depredadoras del PRI. Sin embargo, la pregunta sigue enhiesta: ¿qué méritos hizo valer para que fuera merecedora a tan alta responsabilidad?

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