Opinión
Narradores de la Sierra, uníos
El pasado fin de semana fue especial para los narradores de la Sierra Norte de Puebla. Y fue especial porque hubo un foro que permitió que expusieran ahí, ante el público sus trabajos. Fue en Pahuatlán durante tres días y constó de una serie de mesas redondas, presentaciones editoriales, conversatorios y conferencias. El nombre oficial fue “Primer Encuentro de Narradoras y Narradores de la Sierra Norte de Puebla”, convocado por el destacado escritor pahuateco, Edson Lechuga.
Y fue especial porque en la Sierra Norte no es común que existan estos tipos de foros, donde, además de poder exponer los trabajos, sirvió como punto de encuentro a los narradores para conocerse –algunos solamente habían coincidido a través de las redes o el WhatsApp-, reencontrarse, intercambiar ideas y conocer el trabajo de cada uno.
Y sirvió también para seguir impulsando esta tarea, que en algunos no tiene más interés que el de hacer algo que nos gusta: escribir.
Ahora bien, ¿que se escribe en la Sierra? Por lo general se trata de crónica, reseñas, anécdotas y testimonios de cada quien acerca de usos y costumbres en la zona.
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Juan Manuel García compartió, por ejemplo, un magnífico texto acerca de “los cueteros” de Pahuatlán, una actividad icónica y atávica en esa región. Lo hizo a manera de cuento, rematando con la trágica muerte de un niño cuyo único anhelo era encender el castillo en las fiestas patronales, labor destinada únicamente a los cueteros de experiencia. Se basó en un incendio que realmente ocurrió en Pahuatlán en una fábrica de pirotecnia.
El taller literario de Xicotepec también hizo acto de presencia, con la presentación de su libro La lluvia y las letras de Xicotepec, antología que guarda diversas narraciones de sus integrantes, como Leonel Quiroga Cazares, Audberto Trinidad Solís y Rodolfo Luna Rodríguez.
Otros narradores vinieron de diversas latitudes. Por ejemplo, José Antonio Pérez Posadas de Tetela, Mario Ángeles Herrera, narrador indígena de Actopan, quien presentó su libro Ya b’ede ma hai (Los cuentos de mi tierra); Nemesio Barragán Solís, oriundo de Metlaltoyuca pero avecindado en Zacatlán. Agradezco por cierto el ejemplar suyo de su libro Pedro Escobedo Hernández, una vida de inspiración dedicada al danzón, que me hizo favor de obsequiar.
Mención especial merece la presencia de la narradora, poeta y ensayista, Beatriz Meyer, directora de Fomento Cultural de la Secretaría de Cultura del Estado, quien durante los tres días acompañó a los narradores en sus presentaciones, así como encabezó una mesa acompañada del anfitrión, Edson Lechuga, denominada “Umbrales en el proceso creativo”, que se convirtió en una verdadera cátedra de creación literaria.
Miguel Ángel Andrade tuvo oportunidad de presentar su novela histórica Un mantel oloroso a pólvora, que narra los últimos días de Carranza en la Sierra, mientras que el distinguido pahuateco, el contador Ricardo Augusto Trejo hizo transportarse en el tiempo a muchos con un homenaje a sus raíces familiares, en un magnífico, como interesante libro de su autoría Ma. Pina. A él también agradezco el muy amable obsequio de su obra.
Los escritores serranos, Yanzey Morales Marín, José Antonio Pérez Posadas, Audberto Trinidad y Rosa Elena López, leyeron textos propios y plantearon los retos que se tienen para seguir adelante en este oficio.
En tanto, su servidor, Antonio Madrid, así como Jorge Armando Hernández, Pablo torres Lerma y Leonel Quiroga, encabezamos la mesa “Periodismo en la Sierra”, donde conversamos acerca de lo difícil que resulta hacer periodismo en una zona donde es poco tolerado el trabajo crítico y donde abunda la propaganda oficial.
Hasta aquí comento acerca de lo que pude ser testigo, pero hubo otros eventos como los conversatorios sobre lenguas originarias con los maestros Alberto Casimira y José Manuel Ipanixtlahuac, con un conversatorio sobre narrativa en lenguas originarias y proyectos culturales; un encuentro de cronistas como Juan Grijalva de Honey, Gustavo Sánchez de Ahuazotepec y Abelardo Ponce de Pahuatlán.
Para los niños también hubo letras. En el magnífico quiosco central de Pahuatlán se presentó Arrullo de luciérnagas, nanas en lenguas originarias del Estado de Puebla, coordinado por Daniela Rivera Marín y Zuani Cristóbal Petronilo.
La inauguración oficial y clausura corrieron a cargo de Beatriz Meyer, Edson Lechuga, Eduardo Romero, María Aurora Azomoza, directora de la Red de Bibliotecas Públicas y el maestro Alberto Casimira.
El reconocimiento de esta aventura narrativa que por primera vez se lleva a cabo en la Sierra, debe dársele merecidamente a Edson Lechuga, por su iniciativa; a Beatriz Meyer y María Aurora Azomoza por el respaldo desde la Secretaría de Cultura y al alcalde Eduardo Romero por las facilidades y el apoyo como Ayuntamiento hacia esta iniciativa.
Vaya un saludo desde luego para mi entrañable amigo y compañero articulista de e-consulta, Ociel Mora, quien estuvo presente con el libro Pahuatlán, la disputa por las identidades, magnífica obra de investigación de su hija, Libertad Mora, así como a la empresaria citrícola, política y narradora, Danny Solís, quien acudió desde Metlaltoyuca y quien se acaba de estrenar en las letras regionales con artículos a través de la página periodística La Pasarela, con pasajes históricos y anecdóticos de su querido pueblo.
Esperamos con ansia el segundo encuentro.
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