Opinión
¿Qué es la educación?
Sin la pretensión de realizar un recorrido analítico de las conceptualizaciones expuestas en diferentes etapas de la historia, ni mucho menos confrontar las diversas teorías al respecto; es intención del presente texto, atender la duda de una persona, que, al leer mi colaboración de la semana pasada me expresó la interrogante fundamental y compleja: ¿Qué es la educación?
Antes de iniciar, advierto que me referiré a la educación más como atributo de la persona, que como proceso formativo o derecho humano; esto permitirá mencionar algunos rasgos perceptibles en conductas cotidianas, constatables de manera inmediata y sencilla.
Sirviéndome de lo que algunos llaman contraejemplo, inicio diciendo, que la educación no guarda relación proporcional con la escolaridad; es decir, el tener doctorado no garantiza la condición de ser educado, de la misma forma, que el no haber asistido a la escuela, se traduzca, mecánicamente, en no serlo. ¿Cuántas veces nos hemos topado, con personas con méritos académicos de privilegio, que se sienten parte de un mundo extraordinario, que les coloca en la incapacidad de saludar siquiera? En contraparte, esas experiencias en donde la escolaridad está ausente, y, sin embargo, las personas logran hacerte sentir bien, a través del puente de interacción que se establece con ellas.
De la misma forma, la educación no guarda relación proporcional con la cantidad de dinero que se posee; podemos constatar, por ejemplo, personas que, viajando en automóviles considerados de alta gama, abren elegantemente sus cristales para tirar basura o las cenizas de su cigarrillo en vía pública, pero peatones sin automóvil también. En esta misma línea, automovilistas sin respeto por las normas viales ni mucho menos por peatones u otros automovilistas; ¿cuántas veces vemos personas caminando por el arroyo vehicular, a pesar de existir en esa calle, banquetas adecuadas? Con motociclistas circulando entre vehículos, con peatones cruzando temerariamente avenidas, con personas que no recogen las heces fecales de sus perros al sacarlos a pasear, con personas que no respetan líneas de espera, en casetas de peaje, gasolinerías, de acceso al transporte público, etcétera.
Más artículos del autor
En fin, muestras de carecer de este atributo hay muchas, todas ellas, coinciden en la falta de consideración hacia los otros, hacia los demás, aquellos con quienes coexistimos en espacio y tiempo. Pareciera que son los únicos seres en el mundo; aunque lo sean, en “su mundo”, en el mundo humano, en ese individual, social y natural, no estamos solos.
Justo de entender esa afirmación con la que cierra el párrafo anterior, se visualizan elementos fundamentales para apreciar lo que la educación, como atributo, es lo que nos permite como personas humanas, ubicarnos como individuos, en condición de convivencia con los demás, asumiendo nuestra responsabilidad de actuar, sin afectarlos de manera negativa.
Para cerrar como consecuencia lo arriba expuesto, quisiera dejar la siguiente interrogante: nuestra educación actual, como paradigma, como política de Estado, como sistema nacional, ¿en qué dirección apunta?
Bueno, esto digo yo.
Vistas: 388
Loadind...