Manuel Alonso continuará en seguridad, pero municipal
Por El Sol de Puebla | Miércoles, Julio 10, 2019
Jorge Rodríguez/El Sol de Puebla
Uno de los primeros planes que pretende concretar Luis Miguel Barbosa Huerta después de rendir protesta como gobernador del estado es el cambio de titular en la Secretaría de Seguridad Pública y Tránsito Municipal… ¡del ayuntamiento de Puebla!
María de Lourdes Rosales Martínez tiene los días contados en esa dependencia, debido no solo a la falta de resultados en las tareas de prevención y combate a la delincuencia, sino, además, a la inexistencia de un diagnóstico certero y confiable, que permita emprender una estrategia pública de largo alcance.
Barbosa ha dicho que la seguridad será prioridad en su gobierno y por ello ha decidido “sugerir” una persona de su confianza para encabezar esa importante secretaría.
Hasta ayer por la tarde, a 22 días de que arrancara la nueva administración estatal, el gobernador electo tenía como primer candidato para sustituir a Rosales Martínez a Manuel Alonso García, quien se desempeña como secretario de Seguridad Pública en el gobierno interino.
La experiencia y las buenas opiniones expresadas acerca de su trabajo como responsable de la seguridad en el estado le valieron a Alonso la consideración del futuro mandatario, que quiere esperar hasta el arranque de su gestión para llevar a cabo el relevo.
El 1 de agosto el vicealmirante Miguel Idelfonso Amezaga Ramírez arribará a la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno barbosista y Manuel Alonso será formalmente desempleado.
Eso ocurrirá solo unas horas, pues pronto, en caso de confirmarse los planes trazados hasta el día de ayer por el mandatario electo, pasará al gabinete de la administración municipal.
Solo no lo difunda.
Es muy posible que la secretaria en funciones y la presidenta Claudia Rivera Vivanco no estén enteradas aún.
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La renuncia de Carlos Urzúa Macías a la Secretaría de Hacienda, que profundizó la crisis de credibilidad que padece el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, generó una serie de especulaciones en torno a la eventual secretaria de Finanzas de Miguel Barbosa.
El mismo día que el gobernador electo anunció a María Teresa Castro Corro como futuro integrante de su gabinete, la salida de Urzúa pareció sacarla, por anticipado, de la administración estatal, por provenir justamente de Hacienda.
Esa conjetura puede ser equivocada.
Castro Corro laboraba como titular de la Unidad de Contabilidad Gubernamental de esa dependencia y secretaria técnica del Consejo Nacional de Armonización Contable, bajo las órdenes de Urzúa, hasta antes de aceptar la invitación de Barbosa, pero no era una colaboradora personal del ahora ex secretario.
La probable funcionaria barbosista tiene una larga trayectoria en Hacienda, donde se estrenó en 1998 como jefa del departamento de Destino de Bienes de la Tesorería de la Federación.
A partir de entonces ocupó diversas posiciones de primer nivel, lo mismo en gobiernos priistas que panistas y, hasta hace pocas horas, uno morenista, el de López Obrador.
Así que su permanencia en el equipo de colaboradores del próximo mandatario no debe estar condicionada a los lazos afectivos con el ex funcionario que ayer puso de cabeza a la administración federal.
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Entre los jaloneos y las grillas que se vienen dando al interior del equipo barbosista, sobre todo de aquellos que se asumen como los “puros”, contra quienes no lo son, porque no acompañaron al nacido en Zinacatepec en sus años de batalla político-electoral, según dicen, se ha pasado a raspar el nombre de Guillermo Ruiz Argüelles.
El de Ruiz Argüelles es de los nombramientos anticipados que mayor prestigio le ha dado al próximo gabinete estatal, lo que no ha servido para impedir que, aun desde dentro, sufra una que otra zancadilla.
Hasta esta semana, el director de Laboratorios Ruiz seguía firme para ocupar la Secretaría de Salud en el gobierno barbosista.