Fracasa primer encuentro Barbosa-Armenta

Por El Sol de Puebla | Viernes, Marzo 22, 2019

Jorge Rodríguez/El Sol de Puebla

El primer intento de reconciliación entre Luis Miguel Barbosa Huerta y Alejandro Armenta Mier no tuvo un final feliz.

Los precandidatos a gobernador que rivalizaron en la contienda interna de Morena, de la que resultó victorioso el primero, se reunieron el miércoles por la tarde para tratar de llegar a un arreglo político y fumar la pipa de la paz.

Si no para volverse los mejores aliados, que nunca lo han sido, sí para transitar de una manera provechosa, para ambos, en las etapas políticas que se avecinan.

Eso no fue posible, al menos no en ese acercamiento.

Se sabe que Barbosa puso sobre la mesa la invitación que ha externado en público en por lo menos dos ocasiones.

El abanderado a gobernador de la coalición Juntos Haremos Historia le pidió al senador con licencia que lo apoye, que se sume a su campaña y que deje atrás el episodio de la disputa interna.

Armenta respondió que estaba dispuesto a hacerlo, pero que, como en todo proceso negociador, requería ciertas condiciones para tener garantías de certeza.

Entonces trataron de llegar a un buen acuerdo, hasta que Barbosa escuchó una demanda que no compartió.

Alejandro Armenta pidió posiciones para sus colaboradores en el futuro gobierno.

Ahí no hubo problema.

Lo hubo, en cambio, cuando el legislador federal quiso vetar a ciertos personajes que han acompañado al ahora candidato en la aventura política de los últimos meses.

Barbosa fue tajante en advertir que no aceptará vetos y que él decidirá con quienes integrar su grupo de colaboradores, a partir de que gane la elección.

Según comenta la fuente del trascendido, Armenta se molestó con esa respuesta, dio por terminada la conversación y se marchó.

Así concluyó el primer encuentro privado entre estos dos políticos, sin éxito.

Eso se reflejó este jueves, cuando un grupo de diputados locales afines al senador salió a tundir, de nueva cuenta, a los aliados del candidato.

Lo que puede asegurarse, sin equivocación, es que el ex priista se quedará en Morena.

La insistente pregunta que se hicieron actores y observadores del proceso interno, y que tenía que ver con el rumbo de Alejandro Armenta en los días posteriores a la designación del abanderado a gobernador, quedó respondida esta misma semana.

“¿Qué hará Armenta, una vez que se concrete la unción de Barbosa?, ¿se marchará con su equipo a otro lado y fracturará al partido del presidente López Obrador, o se quedará en él y apoyará al candidato en campaña?”, se cuestionaban los integrantes de la clase política desde mucho tiempo atrás, antes del anuncio efectuado el lunes.

Armenta, que el próximo 25 de marzo regresará a su lugar en el senado de la república, como miembro de Morena, fue de más a menos en las reacciones coléricas que protagonizó tras saberse perdedor.

El lunes por la noche, con la información hecha pública, el senador se retiró de la sala del hotel de la Ciudad de México en que se encontraba con la presidenta nacional de Morena y los otros dos precandidatos, sin quedarse a la conferencia de prensa ni darle la mano a Yeidckol Polevnsky.

El martes, también en la capital del país, convocó a los medios de comunicación para expresar que había salido mejor evaluado que Barbosa en la encuesta y advertir que presentaría una denuncia ante la Comisión de Honor y Justicia del partido, por su inconformidad con el desarrollo del proceso.

Al día siguiente, ante la interpretación que se hizo de sus palabras, citó a una nueva entrevista colectiva, en Puebla, para aclarar que esa denuncia no pretendía echar abajo la postulación de Barbosa, que no sería un obstáculo para el éxito de su partido en los comicios extraordinarios y que se sumaría a la campaña.

Para entonces, cualquier riesgo de fractura por una eventual rebelión quedó extinguido.

El acercamiento con Barbosa para negociar su respaldo confirma la tesis.

Armenta no quiere pelear con López Obrador y ahí seguirá, por así convenir a sus intereses.

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