La popularidad de AMLO y la elección de Puebla
Por El Sol de Puebla | Viernes, Mayo 17, 2019
Jorge Rodríguez/El Sol de Puebla
Antes que Morena se decantara por Luis Miguel Barbosa Huerta como candidato a gobernador para los comicios de este año, el resultado de la elección que ahora mismo se desarrolla en Puebla estaba prácticamente cantado en favor de ese partido, por un factor irreductible e indiscutible: la abrumadora simpatía de los votantes poblanos por Andrés Manuel López Obrador.
Tanto Barbosa como Alejandro Armenta Mier y Nancy de la Sierra Arámburo, los tres aspirantes que compitieron en la interna del partido lopezobradorista, habrían aportado características particulares y personales a la campaña, unas mejores que otras en términos de rendimiento proselitista, pero cualquiera habría salido a la arena con una enorme ventaja en la bolsa y como amplio favorito en los pronósticos de preferencia electoral, como lo hizo el precandidato ganador.
La duda que los analistas ponían sobre la mesa era si López Obrador, convertido en presidente de la República, llegaría al domingo 2 de junio, día de las votaciones en Puebla, con la misma buena imagen que había comenzado su gobierno seis meses atrás.
La respuesta la dio este miércoles la encuesta del periódico Reforma.
Además de confirmar la amplia ventaja de Barbosa sobre sus dos rivales: Enrique Cárdenas Sánchez y Alberto Jiménez Merino, ese estudio de opinión dio a conocer los niveles de aprobación del mandatario mexicano entre los eventuales electores poblanos.
Setenta y seis por ciento de los encuestados dijo aprobar la forma en que Andrés Manuel López Obrador está haciendo su trabajo como Presidente, contra veintiuno por ciento que lo desaprueba.
A eso agréguele el porcentaje de respuestas que los poblanos dieron a otra de las preguntas contenidas en la encuesta.
Sesenta y ocho por ciento de las personas consultadas consideró que el robo de combustible en el estado ha disminuido, contra apenas un veinte por ciento que opinó lo contrario, que ha aumentado.
Las respuestas a ambas interrogantes son contundentes en favor de Morena.
López Obrador no solo mantiene el visto bueno de una abrumadora mayoría de los poblanos, sino que, esa misma mayoría cree que el principal fenómeno generador de inseguridad pública en la entidad, el huachicol, va a la baja, y gracias a las políticas públicas emprendidas por el nuevo mandatario.
Pero hay más.
Reforma preguntó si sería una ventaja o una desventaja para Puebla tener un gobernador emanado del mismo partido político que el Presidente.
Otra vez, sesenta y seis por ciento de los consultados respondió que sería una ventaja.
Estos números, levantados a menos de tres semanas de la elección, son elocuentes y significativos para los trabajos de prospectiva, porque confirman el peso político de López Obrador en beneficio de la coalición Juntos Haremos Historia.
Que no quepa duda, los votantes no solo verán en la boleta electoral a Barbosa, sino al ‘héroe’ político de un amplio sector ciudadano de los últimos 13 años, el mismo que en el imaginario colectivo fue víctima de fraude en 2006, por parte de Felipe Calderón Hinojosa, y luego rehén de la frivolidad nacional que optó por un candidato ‘mejor parecido’, Enrique Peña Nieto.
Miguel Barbosa ingresa a la recta final de la contienda sin obstáculos a la vista.
En el ‘cuarto de guerra’ del candidato y entre los analistas políticos no se debate acerca de quién será el ganador, sino de la cantidad de votos que sumará y la diferencia en puntos porcentuales que le sacará al segundo lugar (que no será el del PRI).
El ex senador arribó a la campaña como gran favorito y así concluye.
La exigencia de Luis Miguel Barbosa, sin embargo, es amplia.
A pesar de contar de su lado con el músculo morenista, hizo campaña como quien tiene rivales peligrosos enfrente, como quien entra a una pelea sin garantías de seguridad, y mucho menos, de triunfo.
Barbosa no esperó sentado a recibir los beneficios de la buena imagen del Presidente.
Recorrió el estado, realizó de cuatro a cinco mítines diarios y concretó alianzas con los personajes más dispares de la política y el sector empresarial, aun con aquellos que en 2018 le dieron la espalda.
El objetivo es conseguir una votación que le legitime.
Entre más alta y más lejana de Cárdenas, mejor.
Ahí radica la curiosidad de todos los actores.
No en el nombre del eventual ganador.
Y gracias, como lo ha confirmado la encuesta, a la vigente popularidad del tabasqueño.