Nacho Alvízar mueve hilos, y sindicatos, en la interna de Morena

Por El Sol de Puebla | Lunes, Febrero 18, 2019

Jorge Rodríguez/El Sol de Puebla

Quienes piensan que la estructura del gobierno del estado está volcada en su totalidad en favor de los intereses políticos de Luis Miguel Barbosa Huerta, se equivocan.

Barbosa tiene, en efecto, un importante aliado en la persona de Fernando Manzanilla Prieto, que despacha en la Secretaría General de Gobierno, pero Alejandro Armenta Mier también tiene sus amigos y colaboradores políticos incrustados en la administración estatal.

Un caso específico se encuentra en la Secretaría de Educación Pública, donde las más recientes redes de complicidades, que se tejieron con los secretarios generales de las dos representaciones del SNTE: Alejandro Ariza Alonso, de la sección 23, y Jaime García Roque, de la 51, han servido para ayudar al senador que le compite a Barbosa la postulación en Morena.

Ariza Alonso y García Roque utilizan organizaciones de maestros supuestamente independientes para respaldar a Armenta en sus aspiraciones políticas; grupos bien constituidos que en la elección de 2018 apoyaron a la panista Martha Erika Alonso Hidalgo y que son usados en paralelo para los fines de “resucitación” que se trae entre manos Elba Esther Gordillo Morales, la ‘maestra’.

Junto con los líderes de las dos secciones del SNTE, otros dos dirigentes que aportan su granito de arena a la precampaña del senador son Ricardo Ordaz Pérez, del sindicato del Colegio de Bachilleres, y Eucario Lucero Cariño, del SETEP.

Desde sus trincheras, los cuatro personajes intentan sumarle simpatías al expresidente estatal del PRI.

Como imaginará usted, ninguno obedece a motivaciones espontáneas.

Todos reciben indicaciones del exsecretario Ignacio Alvízar Linares, quien aprovecha el poco conocimiento que Miguel Robles Bárcena tiene aún de la SEP para mover esos hilos en beneficio del aspirante a gobernador.

Así va registrándose la pelea adelantada por la gubernatura del estado.

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Ya entrados en terrenos de la SEP, valdrá la pena que el nuevo titular, Miguel Robles Bárcena, despliegue su experiencia como secretario general del CISEN para investigar a los colaboradores del subsecretario de Educación Obligatoria, Álvaro Álvarez Barragán.

Entre los hombres de mayor confianza de este “servidor” público hay uno que solicitaba, hasta hace poco, favores sexuales a las trabajadoras que acudían a su oficina, a cambio de dar respuesta positiva a sus peticiones.

Bastará con hacer unas cuantas preguntas en la sede central de la Secretaría para dar con el responsable y echarlo a la calle, por lo menos, antes de permitir que realice nuevos actos de acoso y humillación en contra de las mujeres que laboran en esa dependencia.

No está difícil.

Ese mismo personaje, muy influyente en la subsecretaría, se dedicaba además a la venta de plazas.

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El gobernador Guillermo Pacheco Pulido ha hecho un trascendente anuncio a los grupos políticos que lo han visitado en su despacho del Centro Integral de Servicios, entre los que destacan bloques de diputados locales y presidentes municipales de distintos partidos.

En el medio año que durará su gestión, el mandatario destinará una bolsa de 19 millones de pesos por distrito para realizar obra pública en los municipios, en un esquema parecido al programa “peso a peso” que operó en administraciones anteriores.

La gran diferencia, esta vez, es que el gobierno del estado otorgará la cantidad de dinero que le corresponde, pero sin intervenir en la asignación ni el desarrollo de la obra.

Eso será responsabilidad de los ediles, quienes serán conminados a contratar a empresas constructoras de la región.

Con esto se lograrán varios beneficios:

Bajará el costo de las obras, se quedará el dinero en Puebla y se terminará el férreo control que vino a estrenar el exgobernador Rafael Moreno Valle.

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Este fin de semana se cruzaban apuestas entre los reporteros de la fuente municipal acerca del futuro de José Armando Rocha Macías en la coordinación de comunicación social del ayuntamiento de Puebla.

“¿Se irá o no se irá?”, era la pregunta que antecedía a respuestas de todo tipo, en diferentes sentidos y con distintas tonalidades.

La gran mayoría de los periodistas celebraba el trascendido que indicaba que, desde Viena, Claudia Rivera Vivanco había dado un manotazo en esa área para corregir el rumbo.

Cierto o falso, lo que la presidenta municipal aprenderá más adelante, a costa de más sufrimientos y nuevos traspiés, es que la comunicación social, por sí sola, no resuelve los problemas estructurales de la administración pública.

El comunicador es relevante, pero no hace magia.

No puede ocular los yerros ni informar lo que no existe.

Al eventual relevo de Rocha deberían seguir, entonces, muchos más.