La gasolina es inflamable y es peligrosa

Por Excélsior | Viernes, Enero 11, 2019

José Elías Romero Apis/Excélsior

El actual gobierno no tiene todas las culpas, sino tan sólo algunas. No es culpable de nuestra baja producción de gasolina ni de la ineficiencia de Pemex ni de la fiscalidad infame de nuestros combustibles ni de los inaceptables precios que nos sambuten. En el futuro, veremos si es culpable de no haberlo corregido, como así sucedió en el pasado.

Pero el actual gobierno sí es culpable de no hablar con la verdad, lo cual enoja. De no rodearse idóneamente, lo cual preocupa. De no equiparse para enfrentar lo que es una crisis ciertamente heredada. De agravar la crisis en lugar de resolverla. De no asumir una comunicación sensata, lo cual provoca pánico. De tratarnos a nosotros, el pueblo, como verdaderos imbéciles. Y de dar la impresión de no tener idea del origen ni de la dimensión del problema que se le ha encomendado.

Con lo que hicieron o dejaron de hacer, los anteriores gobiernos cavaron su tumba, con sus propias manos, sin que nadie les metiera zancadilla alguna. Con lo que hace o deja de hacer el actual gobierno, nos parece un déjà vu. Con tan sólo seis sucesos, y no haré la mayor lista que he escuchado, ha perdido, según algunos, entre 14 y 18 puntos de aceptación, en tan sólo seis semanas, dos o tres puntos semanales dibuja en la gráfica casi una “caída libre”.

He platicado de la gasolina, en las últimas horas, con muchas personas, pero destaco a Francisco Labastida, sin duda el mexicano que más conoce de estos temas, y con Pascal Beltrán del Río, uno de los comunicadores que más seriamente se ha comprometido a entenderlo y a explicarlo.

El gobierno nos ha dicho que cerraron los ductos para combatir el huachicoleo. Esa afirmación no resiste el mínimo análisis. El asalto callejero no se resuelve cerrando las calles ni la piratería se combate cerrando las librerías. Los consumidores no tienen que sufrir por culpa de los delincuentes, máxime cuando todos sabemos que, desde hace más de 30 años, esto es una complicidad con agentes del gobierno y que ellos saben de quienes se trata, aun sin necesidad de investigar.

En mi libro El Jefe de la Banda, 2015, en las páginas 362-364 relato alguna de mis investigaciones sobre estos latrocinios. Mis conclusiones alteraron a varios muy poderosos funcionarios, quienes presionaron para que yo fuera despedido del gobierno. El Presidente de la República me confirió un voto-de-confianza y recibí su agrado para proceder. Algunos fueron a la cárcel y otros tan sólo a la calle. No sé si algo se hizo en las posteriores administraciones, pero todo me dice que nada. Así que un gobierno no puede asustarse del “Coco” que él mismo inventó.

Nos dice el gobierno que transportará la gasolina en camiones-pipa. Me dicen mis amigos-fuente que eso requiere como 20 mil pipas para el abasto diario y tan sólo contamos con cinco mil. No tenemos los vehículos ni los choferes especializados ni los instrumentos de estiba ni los patios de maniobras ni nada.

Me recuerda a la estrategia de Adolfo Hitler para abastecer por avión al frente alemán en Rusia. Fue por ello que José Stalin hizo pedazos a la Wehrmacht. Me recuerda la estrategia de Francisco Villa para abastecerse desde Chihuahua hasta Guanajuato. Fue por ello que Álvaro Obregón hizo pedazos a la División del Norte.

Nos dicen las páginas gubernamentales, aunque no sus voceros, que en noviembre pasado se importaron 885 mbd y al mes siguiente ya tan sólo 547 mbd, el 62% tan sólo de un mes a otro. Esas mismas cifras oficiales no dicen que la producción interna ha caído el 48% en los últimos cuatro años.

Nos dicen los expertos conocedores que la importación de gasolina y su distribución tan sólo le deja a Pemex dos pesos, el 10%. Ello es debido a su gran ineficiencia como empresa. Yo tengo una fuerte simpatía por el sindicato petrolero, pero el día que los contratos fijen la tercera parte de personal, que es lo necesario, las utilidades públicas serán mayores y los precios de consumo serán menores.

Recién regresé del vecino país. Nunca he envidiado algo a ningún pueblo ni a persona alguna. Ni sus fábricas ni sus riquezas ni sus armas ni sus libertades ni su gobernabilidad. Pero hoy se me antojó que nuestro pueblo pagara los 11 pesos/litro que ellos pagan por su gasolina y no casi el doble que pagamos nosotros, mucho más pobres que ellos.

Tanto en la física como en la política, el tiempo previo se llama  la víspera del estallido. En ambas ciencias, podemos calcular el tamaño de la bomba, pero no podemos calcular el largo de la mecha.

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