Cabilderos, el ejército fantasma en las cámaras

Por Eje Central | Viernes, Diciembre 14, 2018

Julio Pérez de León/Eje Central

Se mimetizan con el personal del Congreso, en pasillos y oficinas deambulan libremente. Sus nombres pasan inadvertidos, pero su objetivo es cardinal para los intereses de empresas y grupos políticos: incidir en las decisiones legislativas para obtener beneficios. Son los cabilderos que se mantienen cerca del poder.

Estos negociadores se cuentan por cientos, se reúnen con senadores y diputados federales dentro y fuera de las cámaras, cuando sus clientes ven afectados sus intereses económicos, y de esos encuentros pocas veces quedan registros. Uno de los casos más sonados ocurrió en el 2005, cuando se acusó a las tabacaleras de ofrecer a diputados viajes en primera clase y otras compensaciones a cambio de no votar aumento de impuestos.

De igual intensidad fue el cabildeo en 2010, cuando se aprobó una reforma a la Ley General de Salud que prohibía la comida chatarra en las escuelas. Los cabilderos no se quedaron de brazos cruzados, insistieron en la siguiente Legislatura y en 2014 se aprobó una modificación que ahora permite la venta de comida chatarra, sólo los viernes.

Un año después, los legisladores prohibieron la publicidad en los centros escolares de alimentos y bebidas con bajo valor nutricional y alta densidad energética; sin embargo, en 2017, esos mismos cabilderos lograron que sus empresas regresarán a los institutos educativos de nivel superior, pues la Segunda Sala de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) otorgó un amparo a la Embotelladora Del Fuerte, filial del corporativo Coca-Cola.

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