AMLO: sufragio efectivo, ¡no relección!

Por La Jornada | Domingo, Diciembre 9, 2018

DESPERTAR EN LA IV REPUBLICA Por: Jose Agustín Ortíz 

En su discurso inaugural, Andrés Manuel López Obrador marcó un límite: no buscará ni aceptará la relección. Uno de los ejes de la Cuarta Transformación es hacer efectivo el sufragio, es decir, garantizar una democracia moderna. Condición necesaria para el desarrollo económico, como demuestran todas las naciones avanzadas. Esta meta está vinculada con la no relección, que ha sido una tentación permanente para los políticos fuertes de México. Santa Anna se religió 11 veces; las relecciones de Juárez y Lerdo provocaron una guerra interna, y Porfirio Díaz, que se rebeló con el lema sufragio efectivo, no relección, permaneció en el poder por 36 años, hasta que fue derrocado. En la época revolucionaria, Carranza y Obregón intentaron mantenerse en el poder y pagaron con sus vidas.

 

En fechas más cercanas hay indicios de que alemán, Echeverría y Salinas acariciaron la idea.

La relección ha causado más estragos que ningún otro fenómeno en la política mexicana. Después del trágico final de Madero, los revolucionarios no se preocuparon ya por la democracia electoral, sino por construir un gobierno fuerte. El maderismo quedó relegado y fue sustituido por una forma de porfirismo-colectivo: el PNR/PRM/PRI optó por una relección partidista que duró 90 años. Ahora el maderismo ha vuelto a resurgir en forma espectacular.

AMLO considera que la no relección es sana para la República y que ayudará a la consolidación de las instituciones. Al terminar su gestión, aunque fuera muy exitosa, se retirará a vivir en el campo.

 

Si AMLO logra ser un presidente fuerte encontrará resistencias para que no se relija; las más fuertes vendrán de sus propios partidarios, pero es posible que una gran fuerza popular le exija permanecer en el poder. Es importante haber hecho este deslinde porque estimulará a varios políticos dentro de Morena y en la oposición a ambicionar de modo legítimo la Presidencia y también a la masa popular, en la que podrán surgir nuevas personalidades. Esto dará dinamismo a la vida pública y creará competencia política, lo que será muy sano. Su propósito sería inédito y orientaría al país hacia una democracia madura. En este momento muchos de sus adversarios dudan de que sus afirmaciones sean verdaderas y sólidas. Como en tantas cosas, AMLO engaña con la verdad.