Barbosa y MEAH se disputarán a indecisos y a priístas

Por La Jornada de Oriente | Miércoles, Junio 13, 2018

Fermín Alejandro García/Cuitlatlán/La Jornada de Oriente

Para algunos analistas en la práctica ya se acabaron las campañas electorales, ya queda poco que hacer en el terreno del proselitismo y los ataques. Sobre todo porque el futbol va a desplazar a la política en la atención de la opinión pública. Sin embargo, para el caso de la gubernatura de Puebla “la moneda sigue en el aire” y la contienda se va a definir para quien logre ganar los votos de dos sectores fundamentales: los indecisos y los simpatizantes del PRI, que se han quedado huérfanos electoralmente hablando.

Faltando 17 días para los comicios, en el estado de Puebla se tiene una franja que va del 8 al 12 por ciento de electores que se declaran indecisos, sin definir el destino de su posible sufragio.

Y en segundo lugar se estima que podría haber alrededor de entre 100 mil y 200 mil simpatizantes del PRI que podrían ser captados por las dos fuerzas que se disputan la titularidad del Poder Ejecutivo, luego de que el tricolor prácticamente se ha quedado sin candidato a la gubernatura, pues Enrique Doger, en su calidad de aspirante del tricolor marcha muy rezagado en un tercer lugar de la contienda y ha orientado su proselitismo para figurar como testaferro del morenovallismo, en lugar de buscar ganar las votaciones del 1 de julio.

La contienda por la gubernatura de Puebla se ha reducido a la lucha personal entre Luis Miguel Barbosa Huerta y Martha Erika Alonso Hidalgo. El primero en su calidad de ser el principal candidato opositor al morenovallismo y la segunda quien busca dar continuidad al morenovallismo, intentando cuidar las formas para que su proyecto electoral no sea visto como una extensión de lo que fue el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas.

Hasta ahora la encuesta más importante que se ha dado a conocer en torno a la lucha por la gubernatura, sin duda, es la de Coparmex, que levantó en alianza con la revista Este País y la empresa Berumen.

Dicho sondeo tiene tres resultados fundamentales: plantea que Luis Miguel Barbosa Huerta lleva una ventaja de casi siete puntos frente a Martha Erika Alonso Hidalgo.

 

Coloca a Enrique Doger Guerrero con 11 por ciento de la intención del votos, es decir que está en una desventaja de tres a uno frente a Luis Miguel Barbosa y de más de dos a uno ante Martha Erika Alonso.

Y hay una franja de 11.9 por ciento de electores que se declaran indecisos, que es un universo mucho menor que el reportado a nivel nacional, que es de 21 por ciento de acuerdo al propio sondeo de Coparmex, Este País y Berumen.

Ante estos números, se pueden hacer cuatro anotaciones fundamentales:

Primero: Martha Erika Alonso Hidalgo ya tocó su techo de simpatizantes y de militantes –del PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano– que votarían por ella.

Siendo la candidata que más ha desplegado campañas propagandísticas –que no van más allá del periodo electoral–, el estudio de Coparmex revela que la aspirante albiazul se encuentra entrampada y no está creciendo lo suficiente, lo cual la coloca en el riesgo de perder y no poder remontar el 7 por ciento que la separa del abanderado de Morena.

Esa condición demanda un cambio de discurso y de propuestas de Martha Erika Alonso, para acercarse a un electorado que la ve con recelo por ser una continuidad del morenovallismo.

Segundo: Luis Miguel Barbosa Huerta no ha logrado subirse totalmente a la ola de Andrés Manuel López Obrador, el candidato presidencial de Morena, que en el caso de Puebla ya rebasó el 50 por ciento de preferencias electorales.

Pareciera que la campaña de propaganda negra “AMLO sí, Barbosa no”, sí está haciendo un efecto dañino al aspirante de Morena, por lo que deberá luchar en las próximas dos semanas en revertir el margen del llamado voto diferenciado.

Tercero: de acuerdo con la opinión de expertos en materia electoral, la compra de votos y otras trampas que se cometen en los comicios ayudan a obtener entre tres y cinco puntos que no se ganan genuinamente en las urnas.

Sin embargo, para el caso de Puebla se dice que la alquimia morenovallista tiene la capacidad de remontar –por la vía de la trampa o el fraude– hasta siete puntos, por lo cual la ventaja del candidato de Morena todavía no es una utilidad que le sirva a esta fuerza política para derrotar al grupo político del ex gobernador Rafael Moreno Valle Rosas.

Cuarto: la principal ventaja del PAN y la principal desventaja de Morena son las estructuras electorales, es decir el ejército de simpatizantes que salen a cuidar las casillas el día de los comicios.

El PAN le apuesta a ganar con la fuerza de su estructura de movilización de votantes y de compra de sufragios, por encima de los problemas de impopularidad del morenovallismo.

Mientras que en el caso de Morena, si no logra en estas dos semanas mejorar su estructura, no podrá sortear las trampas de sus rivales.

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