Incumplen panistas con la unidad prometida a Ricardo Anaya

Por El Sol de Puebla | Miércoles, Abril 25, 2018

Jorge Rodríguez/El Sol de Puebla

Eso parece.

A principios de semana, cuando faltaban muy pocos días para el arranque del proceso electoral local, la comunicación entre los equipos de campaña de estos dos candidatos era prácticamente nula.

Si no fuese por los malos antecedentes que hay en la relación del ex gobernador Rafael Moreno Valle, principal operador político de su esposa, con Rivera, cualquiera pondría en duda el hecho de que los dos aspirantes contienden por (casi) la misma coalición electoral.

Martha Erika Alonso, candidata a gobernadora, y Eduardo Rivera, a presidente municipal de Puebla, son aspirantes de la alianza Por Puebla al Frente, los dos, aunque por momentos parezca que no es así y que han sido postulados por distintos partidos políticos.

El problema es que, como en el pasado, tanto morenovallistas como riveristas se quejan de un supuesto abandono por parte del bando contrario.

La realidad es que Rivera Pérez tiene más motivos para pensar así.

De entrada, el ex mandatario le negó la alianza con dos de los cinco partidos que acompañan a Martha Erika, Pacto Social de Integración (PSI) y Compromiso por Puebla (CPP).

Después de eso, la postulación de Gonzalo Juárez Méndez, dirigente sindical con licencia del ayuntamiento de Puebla, como rival de Rivera a través de CPP, provocó una crisis interna que hasta ahora no se ha podido superar, por la negativa de Rivera Pérez a ceder las posiciones que le exigía el morenovallismo para retirar al secretario general de la contienda y por el rechazo del ex mandatario si aquel no acepta sus demandas.

A Rivera le han querido vender la idea de que Juárez Méndez entró a la elección para quitarle votos a la coalición Juntos Haremos Historia y su candidata a presidenta municipal, Claudia Rivera Vivanco, pero él no la ha comprado.

Hace bien.

Por último están las confesiones que algunos candidatos a diputados federales de la coalición formada por PAN, PRD y Movimiento Ciudadano han soltado en algunas sobremesas y que han llegado a oídos del ex alcalde capitalino.

Según esto, los abanderados morenovallistas tienen la indicación de no mencionar a Rivera Pérez en los actos de campaña, ni una sola vez, para no darle un solo gramo de ayuda en la promoción de su candidatura.

Esto es lo que tiene a los colaboradores del ex edil con la certeza de que, si no Martha Erika, Moreno Valle sí se ha propuesto provocar la derrota del yunquista en las urnas, como para impedir de una vez que, en 2024, se vuelva, otra vez, un serio aspirante a la gubernatura.

Del lado del morenovallismo también tienen dudas acerca de las lealtades del candidato a presidente municipal.

Primero le reprocharon que no obsequiara los lugares que le pedían en la planilla de regidores y ahora también le cuestionan que, en sus reuniones y recorridos informales de campaña, no haga referencias, ni una sola, a la candidata a gobernadora.

Así van a llegar los dos principales candidatos del PAN y sus partidos aliados al banderazo de salida de la contienda electoral, que se realizará el domingo: divididos.

Y justo así los encontrará el candidato presidencial Ricardo Anaya Cortés este día, en su gira de campaña de cuatro puntos por tierras poblanas.

Cuando se sentaron todos a negociar las inclusiones de Martha Erika y Eduardo en la boleta electoral, uno de los principales ofrecimientos que los panistas poblanos le hicieron al queretano fue el de promover, concretar y cuidar la unidad partidista.

Por ahora no han cumplido.

Lo que se dice es que el verdadero coordinador de campaña de la abanderada del PAN cree que puede hacer ganar a su candidata sin la ayuda de Eduardo Rivera.

Ese es el tema central del debate:

¿Puede ganar Alonso aun con una derrota de Rivera?

La apuesta, en caso de ser cierta, será muy arriesgada.

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