Riestra, Aguilar, Banck y Villanueva, ¿qué harán ahora?

Por El Sol de Puebla | Viernes, Enero 19, 2018

Jorge Rodríguez/A puerta cerrada/El Sol de Puebla

Cuatro aspirantes a la presidencia municipal de Puebla se quedaron en el camino una vez que los jefes del grupo en el poder decidieron resucitar de entre las cenizas a Eduardo Rivera Pérez.

Mario Riestra Piña, Jorge Aguilar Chedraui, Luis Banck Serrato y David Villanueva Lomelí apuntaron a ese cargo de elección popular en distintos momentos y de diferentes maneras.

Riestra y Aguilar ingresaron al sexenio de Rafael Moreno Valle con la intención de hacerse de esa preciada candidatura, ya fuese en 2013 o en 2018.

Banck lo vio con agrado desde que llegó a Palacio Municipal en calidad de alcalde sustituto, en febrero de 2016, y frente a la imposibilidad de contender por la gubernatura mientras Martha Érika Alonso Hidalgo estuviese en el escenario, vigente, como precandidata única.

Villanueva, por su parte, creyó que podría ser el abanderado y actuó en consecuencia a partir de que comenzó a escuchar que podía irrumpir como tercero o cuarto en discordia, como amigo de todos, frente a los eventuales vetos del gobernador en funciones y el ex gobernador al resto de los perfiles.

Ninguno de los cuatro quedó.

Fueron rebasados por la derecha en un final de carrera que hace un par de meses resultaba impensable.

El grupo en el poder quería a Eduardo Rivera como candidato, sí, para impedir que se fuera con sus votos a otro partido político y representara con ello un peligro real para la futura candidata a gobernadora, pero lo quería como candidato a diputado federal.

El ex presidente municipal, por su parte, quería ser candidato a gobernador y juraba tener las suficientes canicas en la bolsa para lograrlo.

Ambas partes cedieron y se concretó lo que hoy usted ya conoce.

¿Qué pasará con los cuatro aspirantes que se quedaron en el camino?

Parece que tanto Riestra Piña como Aguilar Chedraui contenderán por una diputación.

El primero lo hará por un sitio en el Congreso del Estado, donde ya estuvo en la primera mitad del gobierno morenovallista, y el segundo por un lugar en el Congreso de la Unión.

Si ganan la contienda que habrán de encarar, continuarán su carrera política y se impondrán nuevos objetivos.

Sin duda.

Quienes a estas alturas no han de tener muy claro su futuro son el edil y el auditor superior del estado.

Banck Serrato fue intenso en las últimas dos semanas.

Puso en marcha todos los recursos de los que disponía para tratar de inclinar la decisión en su favor.

Con tal efervescencia mostrada es difícil pensar que quiera quedarse a bajar la cortina en el ayuntamiento de Puebla hasta el 14 de octubre, como marca el periodo para el que fue designado.

“Banck”, decían sus colaboradores el mismo miércoles, “va a irse, aunque no haya sido candidato a la alcaldía”.

Habrá que verlo.

Quizá acepte una oferta para integrarse al hipotético gabinete de Martha Érika Alonso en diciembre.

Villanueva Lomelí puede estar en una situación similar.

Si acarició la posibilidad de irse a la alcaldía es porque no debe estar muy contento en donde está.

El problema es que el periodo del auditor concluye hasta 2019, con posibilidad de extenderse hasta 2026, a través de una reelección.

Lo que vaya a hacer dependerá de su interés o desinterés por seguir en esa misma posición.

Así pintan las expectativas para los cuatro aspirantes del grupo en el poder que fueron marginados por las circunstancias.

Más les vale no detenerse mucho tiempo a digerir el acontecimiento, sino darle vuelta a la hoja para irse a lo que sigue.

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