Una buena y una regular (Saldo del método panista)

Por El Sol de Puebla | Lunes, Octubre 23, 2017

Jorge Rodríguez/A puerta cerrada/El Sol de Puebla

Una buena y una regular para los panistas de Puebla, para los que forman parte del grupo en el poder o simpatizan con él, que son mayoría.

Que la Comisión Permanente del CEN optara por una elección interna de militantes para definir candidato a presidente de la república, así como candidatos a diputados federales y senadores por Puebla, deja una buena señal para el morenogalismo y sus pretensiones de hacerse de la mayoría de las nominaciones estatales para los comicios de 2018.

Si la elección entre militantes se traslada a la definición de los candidatos a gobernador, presidentes municipales y diputados locales, como es muy probable que suceda, los integrantes del Comité Directivo Estatal estarán en condiciones de poner a quien quieran y en donde quieran, gracias a que poseen el control de más del 80 por ciento de la militancia partidista.

Ahí nadie podrá oponerse a sus designios, ni los rebeldes del Yunque ni ningún otro personaje de otro grupo político interno, en el extraño y remoto caso de que lo hubiese.

Esa es la buena noticia para los blanquiazules del grupo en el poder.

La regular, tirándole a mala, es que la elección interna entre militantes no será el método más cómodo para las aspiraciones presidenciales del ex gobernador Rafael Moreno Valle.

El poblano apostaba por una contienda abierta a los ciudadanos, donde tuviese un amplio margen de maniobra a través de su experimentado ejército de operadores.

La definición entre militantes llevará la pelea a otro terreno, el de las estructuras locales.

En el supuesto de que se concrete este método de definición del abanderado presidencial, pues todavía falta por ver lo que lleve escrito el convenio de coalición del presumible Frente Ciudadano por México, habrán de establecerse centros de votación en toda la república, organizados y coordinados por la dirigencia de cada entidad.

Moreno Valle podrá ganar todos los votos en Puebla, pero no en el resto del país.

Ahí la ventaja será del dirigente del partido y también aspirante presidencial, Ricardo Anaya Cortés.

Por eso es que la noticia de la elección abierta entre militantes no es buena para los objetivos nacionales de ese amplio sector del panismo local.

Tampoco representa el fin de su aventura, como quizá lo hubiese significado el método de designación directa a través del Consejo Nacional, donde Anaya lleva la voz de mando.

Lo que le queda al presidenciable poblano es acelerar la batalla por el control de las estructuras estatales y, en el mejor de los escenarios, insistir ante los miembros del Frente en las eventuales bondades de una elección abierta a los ciudadanos.

Si la coalición se lleva a cabo y Moreno Valle convence a sus miembros de recurrir a una contienda abierta, habrá superado al CEN del PAN y podrá despreocuparse de una consulta entre militantes.

Hay que tomar en cuenta que Anaya trabajará en sentido contrario, como lo ha hecho hasta ahora.

A los yunques y enemigos poblanos del grupo en el poder, por otro lado, la decisión de la Comisión Permanente del CEN les deja noticias inversas.

Los rivales internos pueden celebrar que Moreno Valle no tenga la candidatura presidencial en la bolsa, pero no pueden estar contentos por haberse quedado sin posibilidades de aspirar a un cargo de elección popular, como dilucidaban en sus planes hasta antes de la partida de Margarita Zavala Gómez del Campo.

Ahora todos, morenogalistas y antimorenogalistas, tendrán que esperar a lo que ocurra con el Frente.

Solo en ese momento sabrán quién irá a dónde y quién de plano tendrá que esperar en la banca, hasta una mejor ocasión.

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Parece que Juan Carlos Lastiri Quirós ha cambiado de punto de vista con respecto al método de selección de candidatos al interior del PRI.

El sábado, el Consejo Político de ese partido en Puebla ratificó el método de convención de delegados para definir abanderados a la presidencia, senadurías y diputaciones federales, y lo hizo por unanimidad.

Entre los consejeros que obsequiaron el “sí” al dedazo, formalizado de convención de delegados, estuvo Lastiri, el mismo aspirante a gobernador y subsecretario de la Sedatu que ha emprendido una campaña por cada rincón del estado para exigirle al Comité Directivo Estatal una consulta ciudadana.

Si para los comicios federales votó por la convención de delegados, seguro que, por congruencia, hará lo mismo para la elección local.

¿O no?

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