Moreno Valle y Rivera buscan audiencia urgente con Anaya para definir su estadía en el PAN

Por La Jornada de Oriente | Lunes, Octubre 16, 2017

Fermín Alejandro García/ Cuicatlán/La Jornada de Oriente

¿En qué han coincidido en los últimos días Eduardo Rivera Pérez y Rafael Moreno Valle Rosas? En que ambos, cada uno por su lado, están en la lista de espera de una audiencia con el presidente nacional del PAN, Ricardo Anaya Cortes, para definir cuál es el escenario para Puebla en torno a la candidatura la gubernatura del Frente Ciudadano por México y su futuro político personal dentro del blanquiazul. Ya que a los dos les alteró sus expectativas políticas la intempestiva salida de Margarita Zavala Gómez del Campo de las filas del Partido Acción Nacional.

El ex edil de la capital Eduardo Rivera Pérez no solamente ha rehuido de los medios de comunicación para hablar de su futuro político, sino incluso ha dejado de asistir a las reuniones del Grupo de Identidad Panista, que era el frente con el que estaba reagrupando fuerzas dentro del PAN, ante la indefinición de que si buscará ser candidato independiente a la gubernatura o si se quedara en el albiazul a luchar por el derecho de ser postulado como aspirante a titular del Poder Ejecutivo.

La urgencia de Eduardo Rivera de buscar a Ricardo Anaya es para saber si en el presidente nacional del PAN va a encontrar un aliado o un rival para buscar la candidatura a la gubernatura.

Sabe que Anaya puede ser un aliado porque para nadie es un secreto que el líder nacional del albiazul se encuentra confrontado, distanciado, de Rafael Moreno Valle Rosas y ha establecido un proyecto para que el morenovallismo no pueda controlar todas las candidaturas a cargos de elección popular –en Puebla– que estarán en juego en 2018.

Pero el mismo tiempo ha advertido que Anaya Cortés está en la posibilidad de actuar en su contra, toda vez que la ruptura con Margarita Zavala lo podría llevar a borrar toda posición política de los panistas que eran parte del grupo de la esposa del ex presidente Felipe Calderón Hinojosa.

En mucho el silencio de Rivera se debe, dicen quienes lo conocen, es que se encuentra haciendo “un recuento de daños”, para saber hasta dónde la deserción de Zavala del PAN lo deja en la orfandad política dentro del partido y lo orilla a buscar hacer política fuera de Acción Nacional.

Rafael Moreno Valle Rosas tenía –hace algunos meses– un acuerdo con Ricardo Anaya para el caso de Puebla, el cual consistía en que el presidente nacional del PAN había establecido que el morenovallismo solo podría controlar la mitad de las candidaturas a cargos de elección popular en el estado y que estarán en juego en 2018.

Y en ese sentido, había atajado que el ex gobernador solamente podría poner al aspirante a la gubernatura o la alcaldía de Puebla, pero no a las dos.

En ese tenor, Ricardo Anaya había propuesto que Martha Erika Alonso, la esposa de Moreno Valle, en lugar de ser candidata a la gubernatura lo fuera a la alcaldía de Puebla, como una manera de dar participación política a las expresiones panistas que fueron excluidas durante la administración morenovallista.

Ese acuerdo, dicen los conocedores, Anaya lo dio por roto hace poco más de un mes cuando se enteró que Rafael Moreno Valle Rosas y Margarita Zavala se habían unido para firmar un acuerdo –junto con el gobernador perredista de Michoacán, Silvano Aureoles–, para exigir que el candidato presidencial del Frente Ciudadano por México fuera electo por el voto de la ciudadanía en general.

El tema de fondo no era la petición del método de elección en cuestión, sino la estrecha cercanía que empezaban a mostrar Zavala y Moreno Valle, luego de que ambos habían estado confrontados los últimos cinco años.

Otro dato que le cayó como bomba a Anaya es cuando le comunicaron que Margarita Zavala, en su última visita a Puebla, había sido muy bien recibida por Martha Erika Alonso, la secretaria general del PAN en el estado.

Todas esas coincidencias fueron una señal para Anaya de que Moreno Valle prefería pactar con la esposa de Felipe Calderón, para buscar desestabilizarlo como presidente del PAN y evitar que fuera candidato presidencial, en lugar de buscar conservar los acuerdos que había entre ambos.

Con esos antecedentes, Ricardo Anaya dio por sentado que estaban rotos los entendimientos y la comunicación con Moreno Valle.

Por otro lado, el ex gobernador de Puebla –dicen– siempre creyó que Margarita Zavala solo amagaba con renunciar al PAN, pero que nunca concretaría la salida del partido al cual siempre perteneció desde su juventud.

Ahora que Margarita Zavala se ha ido del PAN, esa situación obliga al ex mandatario poblano a buscar un nuevo acercamiento, un nuevo intento de negociación, con Ricardo Anaya, para proteger su proyecto personal de poner como candidato a la gubernatura de Puebla –del Frente Ciudadano por México– a Martha Erika Alonso o al alcalde de la capital, Luis Banck Serrato.

Anaya hasta ahora se ha resistido a recibir a Rivera y a Moreno Valle.

Pareciera que tiene sus dudas sobre las lealtades de ambos.

No sabe si Rivera estaría dispuesto a romper el cordón umbilical que lo unía a Margarita Zavala.

Y si Rafael Moreno Valle Rosas es más leal al PAN o al PRI, pues para nadie es un secreto de la cercanía del ex gobernador de Puebla con José Antonio Meade Kuribreña, quien se perfila a ser el abanderado presidencial del tricolor.

Lo cierto, es que Anaya tarde temprano tendrá que llegar a acuerdos con alguno de los dos, con Moreno Valle o Rivera, y dejar en el olvido a uno de ellos.

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