El penoso show panista

Por El Universal | Sábado, Agosto 27, 2016

Cuando todo parecía sonreírles y sus sonados triunfos estatales junto con las encuestas presidenciales los colocan en posibilidad de recuperar la Presidencia en 2018, los panistas dejaron aflorar, otra vez, sus divisiones y enconos internos. El espectáculo dado esta semana por los grupos de Acción Nacional, tras la designación del nuevo presidente de la Cámara de Diputados, confirma que lejos de caminar unidos en el objetivo de recuperar el poder, las cúpulas panistas libran una guerra a muerte por ver quién se lleva la candidatura presidencial, o lo que es lo mismo, se pelean por algo que aún no ganan. La decisión del presidente del partido, Ricardo Anaya, de designar al diputado Javier Bolaños y a la diputada Guadalupe Murguía, desató los demonios panistas cuando el ex dirigente Gustavo Madero acusó públicamente a Anaya de “secuestrar las decisiones del partido” e incumplir un acuerdo con él para nombrarlo presidente de San Lázaro. Mientras el grupo de Anaya desmentía tal compromiso y explicaba que los nombramientos obedecían a una “lógica futura del partido”, al intentar posicionar a Bolaños como posible aspirante al gobierno de Morelos en 2018 e impulsar a la diputada queretana Murguía, el asunto se complicó con la filtración de una llamada entre panistas publicada por EL UNIVERSAL.

En esa conversación espiada, a la que después siguió una fotografía, se habla de una fiesta en casa de la senadora Mariana Gómez del Campo —prima de Margarita Zavala y famosa por sus frivolidades— y se hacen señalamientos y acusaciones a varios panistas que estuvieron involucrados en la selección del presidente de la Mesa Directiva, como Fedérico Döring, y se alude al pleito abierto entre Madero y Anaya.

Hoy, lo que parecía una “decisión de trámite” para Ricardo Anaya, que al parecer no operó bien sus nombramientos basado en que es su “facultad exclusiva” ha hecho aflorar la guerra intestina que se vive en el PAN. Anaya dejó en el camino a varios aspirantes con los que al parecer no tuvo operación ni negociación, comenzando por su mentor Madero y siguiendo por el aludido diputado Dörigng y por el legislador poblano Eukid Castañón, estos dos últimos vetados por los anayistas por su cercanía con el gobernador poblano Rafael Moreno Valle.

Ya hay grupos que acusan al llamado Joven Maravilla de tomar las decisiones del partido con base en su proyecto personal a 2018 y, lo más delicado, hasta lo comparan con Roberto Madrazo y su estrategia para apropiarse del PRI y de la candidatura presidencial en 2006 que causó una costosa fractura y un tercer lugar al priísmo.

¿Será que el joven Anaya también quiere tomar atajos en su carrera como hacía Madrazo?

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