El retroceso democrático por los gobernadores

Por Excélsior | Jueves, Mayo 26, 2016

Las elecciones en 13 estados y en la Ciudad de México son los comicios no federales más reñidos hasta ahora, debido a la lucha de los gobernadores por mantener sus posiciones. Por ello, las campañas se parecen más a esas parejas disfuncionales que se ahogan en luchas de poder y viejos vicios que a una competencia democrática. Asuntos de familias y facciones, no de ciudadanos.

La violencia que prometen atajar la desatan con lodo y ataques entre partidos, a pesar de procesos sobrerregulados. La reyerta de los clanes locales y su vuelta a viejas prácticas, como la compra del voto y clientelas, es factor principalísimo del desgaste del modelo electoral y del desencanto democrático.

El nivel del poder patrimonial de los gobernadores, sin importar partido, es inversamente proporcional al avance democrático. Una medida del retroceso. Quitan y consumen poco a poco la época de la confianza en las alternancias con corrupción e impunidad, mal uso de recursos públicos y el roce entre partidos y candidatos, sin consecuencias para la ciudadanía.

Pasa poco o nada con los cambios en su ámbito. Crece la desaprobación hacia ellos a niveles no vistos desde la alternancia en el 2000, pero no dudan en usar su hegemonía virreinal para romper la equidad en favor de su candidato y abastecer sus arcas personales con operaciones fraudulentas, como se señala en Veracruz y Puebla.

Sus trampas e inequidad dañan la autoridad del árbitro y crecen dudas sobre el sentido del modelo electoral tan costoso. El excesivo financiamiento público ¿pervierte las campañas? ¿El entusiasmo por las alternancias se desperdició por la búsqueda del poder público sólo para hacer dinero?, ¿la casi nula rendición de cuentas de los gobiernos por la corrupción o ausencia de resultados hace perder fuerza al voto? 62% de los candidatos no ha declarado sus operaciones financieras al INE.

http://www.excelsior.com.mx/opinion/jose-buendia-hegewisch/2016/05/26/1094963