Poca gente, muchos policías y llamado a cese la violencia reciben al Papa

Por Proceso | Sábado, Febrero 13, 2016

Sin multitudes de fieles, pero con extrema presencia de policías y Ejército, así recibieron los capitalinos al Papa Francisco I a lo largo de los 19 kilómetros que recorrió desde el Hangar Presidencial hasta la Nunciatura Apostólica en la primera visita que realiza a México.

Los movió la emoción de verlo a unos pasos y aunque fuera rapidito, pero también la esperanza de que ore por un México lleno de violencia e inseguridad.

Desde la una de la tarde, algunos devotos comenzaron a apartar su lugar detrás de las vallas metálicas que la policía capitalina colocó en las calles por donde pasaría el líder católico al terminar el acto protocolario de recepción en el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México.

Llevaban bancos, escaleras, cubetas, sillas y hasta cartones para sentarse en el suelo, eso sí, con chamarras, gorras, bufandas, guantes y más para aguantar el frío con que amenazaba la tarde.

Hasta ahí se coló Martín Macías Hernández, quien viajó desde Zacatecas a la capital mexicana para ver de cerca a Jorge Mario Bergoglio. Con su sombrero de palma y una bandera mexicana de capa, orgulloso mostró la manta en la que llevó su mensaje:

“Amigo Pancho: ¡Bienvenido! En tus oraciones no olvides a mi México lindo y ¡Qué-Herido! Ni a tu América Latina y a tu amada Argentina”.

Árbitro de futbol amateur, dijo estar ahí para pedirle al jerarca católico “que le dé un jalón de orejas a nuestros administradores porque ¡mire cómo tienen al país!” y que ore por nosotros porque tenemos un México lleno de carencias y muerte”.

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