Diez millones padecen fallo renal y el estado no los atiende

Por Sin Embargo | Viernes, Noviembre 27, 2015

En México existen alrededor de nueve millones de personas con algún grado de insuficiencia renal. El 1 por ciento se encuentra en etapas avanzadas que requieren diálisis o hemodiálisis, y los tratamientos se elevan a costos de hasta 200 mil pesos al año. Pacientes refieren que el Estado les ha dado la espalda. Los continuos cambios dentro de los servicios públicos y la reiterada escases de medicamentos son prácticas que vienen desde hace años, refieren. Y con cada deceso, dicen, no se puede evitar la aparición de suspicacias sobre si el objetivo principal de las instituciones públicas es salvar sus vidas.

Doce pastillas diarias de cuatro fármacos distintos es lo que Gloria Margarita Badillo Guerra tiene que tomar para no perder el riñón que le fue trasplantado desde hace una década. Años de cumplimiento con lo que dicen los médicos hasta que este año estuvo a punto de perderlo por un mal tratamiento en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).

Margarita se dice afortunada, no todos los pacientes con insuficiencia renal son candidatos a recibir un trasplante, y no todos evitan una lista de espera de 11 mil 300 personas que hoy aguardan por conseguir ese órgano, de acuerdo con el Centro Nacional de Trasplantes (Cenatra).

La insuficiencia renal crónica se caracteriza por la pérdida en menos de 48 horas de la capacidad de los riñones para eliminar residuos y realizar funciones de equilibro de líquidos y electrólitos. De los cerca de cuatro mil trasplantes que se llevan a cabo en el país cada año, el 80 por ciento son realizados en instituciones públicas, refiere el Cenatra.

A Margarita fue su hermana fue quien le donó uno de sus riñones. Pero los obstáculos para cuidar este órgano empezaron en diciembre. Cuando por diferentes motivos los médicos del Hospital General No. 68 del IMSS, ubicado en el kilómetro 19.5 de la carretera México–Laredo, en el municipio de Ecatepec, Estado de México, decidieron cambiarle la vía de consumo de uno de los medicamentos utilizados para prevenir el rechazo a los trasplantes de riñón llamado sirolimús.

Este proceso hizo que para marzo Margarita presentara una seria descompensación. Los niveles de anticuerpos se elevaron y el rechazo al riñón que le donó su hermana se hizo inminente.

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