En México aumentó seis veces el robo de identidad en 4 años

Por La Jornada | Miércoles, Noviembre 25, 2015

El fraude por robo de identidad es el delito de mayor crecimiento en el mundo. En México el número de casos se incrementó seis veces en menos de cuatro años, según datos que aporta Adolfo Loera, director de Biometría Aplicada. Esta compañía de tecnología trabaja en la creación del primer buró biométrico, una base de datos que concentrará información de los usuarios de los bancos comerciales del país y con el que se busca evitar la sustracción de datos personales para cometer fraudes y evitar el financiamiento de actividades ilegales.

Los datos de identificación biométrica, como la huella digital, el rostro, la voz o el iris crean una barrera altísima para prevenir el robo de identidad, dijo Loera en entrevista con La Jornada. Estos bancos de información mitigan la suplantación de identidad, el robo de información, los ataques informáticos internos y externos, y en general los fraudes cometidos a partir del uso de información personal, explicó.

El robo o usurpación de identidad es cuando una persona obtiene, transfiere, utiliza o se apropia de manera indebida de los datos personales de otra sin la autorización de esta última, usualmente para cometer un fraude o delito. Durante el primer semestre de 2015 fueron reportados 28 mil 258 casos, cantidad que multiplicó por seis los 4 mil 564 que se presentaron durante todo 2011, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef).

La identidad la constituyen los datos personales: nombre, teléfono, domicilio, fotografías, huellas dactilares, números de licencia y de seguridad social, incluyendo información financiera o médica, así como cualquier otra información que permita identificar a una persona. En muchos casos el ladrón de identidad utiliza la información ilegalmente adquirida para contratar productos y servicios financieros a nombre de la víctima, explicó la Condusef.

México es un país en el que, en el pasado reciente, se han dado casos de robo de bases de datos de instituciones oficiales, que luego son ofrecidos literalmente al mejor postor en sitios públicos. Loera sostuvo que la posibilidad de que sea sustraída una base de datos construida a partir de identificación biométrica se reduce al mínimo. Sin embargo, en seguridad no hay nada que se garantice a 100 por ciento, expuso Loera, cuya empresa ha asesorado a instituciones como Banorte, Inbursa y Banco Azteca, así como a Iusacel, Teléfonos de México, el Instituto Nacional Electoral y el Seguro Popular.

–¿Cómo se puede proteger la información biométrica de una persona, dada la experiencia en México sobre robo de bases de datos?

–Somos entes públicos, que nos relacionamos con personas que encontramos en un lugar público o en la calle y la oficina. También tenemos actos privados, como una reunión de trabajo a la que sólo es convocado un grupo. Y tenemos relaciones íntimas, que no deseamos compartir ni en privado ni en público. En los sistemas esas dimensiones se repiten y deben ser respetadas. Hay una convención dentro de los sistemas para poder acceder a la información; por ejemplo, cuando navegamos por Internet el sistema copia las cookies, que permiten saber algunas de nuestras preferencias. Cuando entramos a una interacción con el gobierno o una institución financiera, estamos en transacción privada y esa debe ser protegida, y las instituciones están obligadas a proteger la información. Y está la parte íntima, como comunicarte con tu pareja por medio de un dispositivo electrónico.

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