Desde Los Pinos impidieron candidatura a diputado de RMV

Por El Universal | Miércoles, Mayo 27, 2015

Los dos gobernadores del PAN y los dos en la recta final de su sexenio; ambos con aspiraciones. Uno tal vez pensaba en una plataforma política que le alcanzara hasta 2018, cuando aspira a ser candidato presidencial, el otro más bien buscaba la protección del fuero ahora que, en la disputa por sucederlo, han aflorado infinidad de denuncias que documentan la corrupción de su gobierno y el amasamiento de una fortuna personal y de familia. El caso es que a los dos mandatarios se les ocurrió la misma idea maquiavélica: “¿Y por qué no ser diputados en la próxima legislatura federal?”

Rafael Moreno Valle, de Puebla, y Guillermo Padrés Elías, de Sonora, diseñaron un plan para aprovechar la coyuntura de las próximas elecciones del 7 de junio y buscar salida conveniente para ambos hacia el final de sus gubernaturas, el primero en 2017 y el segundo en este 2015.

La estrategia trazada por los dos panistas para llegar a San Lázaro fue la de los consabidos Juanitos. Consistía en registrarse como candidatos plurinominales suplentes en lugares seguros de la lista del PAN y luego, pasada la elección, hacer a un lado a los titulares, ambos incondicionales suyos, para aparecer ellos, como acto de magia, en la Cámara de Diputados al término de sus gubernaturas.

Para ello esperarían hasta el último momento y sin mucho ruido político, para poner su nombre como sustitutos de los dos suplentes en la fecha límite marcada por el INE, que fue el pasado 7 de mayo. Los dos tenían ya definido su respectivo Juanito. En el caso de Guillermo Padrés sería su secretario particular, Agustín Rodríguez, quien quedó como tercer lugar en la lista de la Primera Circunscripción (la misma en la que va Gustavo Madero) lo que le garantiza la diputación. Padrés termina su gubernatura el 12 de septiembre de este año y el plan era que, una vez que entregara el poder en Sonora, se incorporara a San Lázaro como diputado previa petición de licencia de su particular Agustín Rodríguez.

El Juanito de Rafael Moreno Valle era el número 1 de la Cuarta Circunscripción en la lista del PAN, Eukid Castañón Herrera. Hombre de todas las confianzas del gobernador de Puebla, y operador político cercano, Eukid fue contralor del gobierno estatal y es actualmente diputado local. En Puebla se especuló que sólo llegaría a San Lázaro para ceder su lugar al suplente Macari Cabalán, aunque la idea original era que éste último sería sustituido por Moreno Valle antes del 7 de mayo, para que, en febrero de 2017 o antes si así lo decidía, el gobernador saliente pudiera asumir como diputado federal y desde ahí armar su candidatura al 2018.

Pero los planes y estrategias trazadas por los dos gobernadores que ya se veían como diputados se frustraron hace unas semanas. El malestar y la inconformidad que generó la jugada política llegó hasta Los Pinos. Desde la cúpula del PRI presionaron a la Presidencia para frenar el maquiavelismo de los dos mandatarios con el argumento de que, si permitían al de Puebla y de Sonora una maniobra de ese tamaño, después no podrían parar a todos los gobernadores, incluidos los priístas, que utilizaran al Congreso como trampolín al dejar sus gubernaturas.

De Los Pinos llamaron a Gustavo Madero, presidente nacional del PAN, para transmitirle el mensaje: “No se va a permitir que ningún gobernador de su partido se registre como candidato plurinominal suplente con la intención de convertirse después en diputado federal”. Las razones de los operadores del presidente Enrique Peña Nieto fueron las mismas: abrir la puerta a un movimiento de ese tipo a los gobernadores de Puebla y de Sonora, equivalía a dar “luz verde” a otros mandatarios que buscaran repetir el esquema.

El “No” de Los Pinos fue tajante y definitivo. Madero no tuvo más que comunicárselo a los dos gobernadores de su partido. Y así pasó el 7 de mayo, fecha en que venció el plazo para la sustitución de candidatos a diputados plurinominales o de mayoría, y no hubo los cambios en la lista del PAN. Y en Puebla y Sonora se escuchó un suspiro: a uno se le iba nada más la plataforma, pero a otro se le fue el fuero que podría salvarlo de la cárcel.

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