Mal desempeño de Padrés y RMV empañaron festejo del PAN

Por La Jornada de Oriente | Viernes, Septiembre 19, 2014

El PAN tuvo un desangelado festejo por el 75 aniversario de su fundación, en mucho porque atraviesa una de sus peores crisis internas de toda su vida, como resultado de los escándalos, de la corrupción de connotados militantes, así como por la pérdida de la presidencia de la República. Algo que sobresale, es que los más destacados males que padece esta fuerza política se ven reflejados en el actuar de dos de sus principales gobernantes: Rafael Moreno Valle Rosas y Guillermo Padrés, quienes son mandatarios de Puebla y Sonora, respectivamente.

Analistas y líderes morales del PAN coinciden en señalar cuatro factores claves que contribuyeron a la construcción de la actual crisis del albiazul, y éstos son:

Que cuando han gobernado los panistas no han desmontado las estructuras corporativas y de privilegios del PRI, y por el contrario las hacen suyas; el partido perdió valores y ha actuado con excesivo pragmatismo; no ha logrado ofrecer políticas públicas que reduzcan la desigualdad social, la corrupción y la violencia, y la lucha por las cuotas de poder ha dividido a la militancia panista.

Los anteriores cuatro factores embonan perfectamente en la forma de actuar de Rafael Moreno Valle Rosas, quien hoy en día es el gobernante panista más importante del país, por el número de gobernados que tiene y porque maneja el mayor presupuesto entre todos los jefes de poderes ejecutivos emanados del albiazul.

Por eso se puede afirmar que Rafael Moreno Valle es uno de los actores políticos que más están contribuyendo al hundimiento moral y político del PAN.

El PAN en los años 80 y 90 se destacó por ser un partido de derecha democrática, de corte conservador pero que combatía la corrupción y los abusos de poder. Fue una fuerza política que vendía la esperanza de crear gobiernos humanistas, eficientes, democráticos y destinados a eliminar los privilegios y los controles corporativos.

Ahora la realidad de esta fuerza política es que no sabe gobernar, ya que solamente ofreció estancamiento económico, más corrupción que los políticos priistas, un incremento descomunal de la violencia y mucha intolerancia, abusos de poder y prácticas viciadas.

En el presente el PAN está habitado por militantes a los que les gusta admirar el nazismo, que llaman simios a futbolistas brasileños, que quiere imponer su moral católica y sus legisladores contratan prostitutas con recursos del erario, cuyos diputados exigen “moches” a los presidentes municipales, que protegen casinos, que no les espanta ser exhibidos como personajes corruptos o abusivos.

Sin embargo, quienes están en la cúspide de ese desprestigio son tres figuras: el ex presidente Felipe Calderón, que hundió al país en la violencia; Guillermo Padrés, que es insensible ante la crisis ambientalista de su estado, y Rafael Moreno Valle Rosas, que se ha manchado las manos de sangre por el asesinato que cometieron policías estatales del menor José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo.

Por lo menos Calderón y Padrés eran leales con los panistas, pero Moreno Valle es un gobernador que se destaca por ser intolerante, violento y excluyente hasta con la gente de su partido político.

Si nos atenemos a los cuatro factores mencionados al inicio de esta columna, esta es la radiografía de Moreno Valle:

1. Cuando era candidato a la gubernatura, este columnista y el director de La Jornada de Oriente, Aurelio Fernández Fuentes, escucharon decir a Moreno Valle respecto a la contienda electoral: “Esta es una lucha de dos PRI, el PRI de Moreno Valle y el PRI de Mario Marín”, quien era el mandatario estatal en ese entonces.

Así ha sido. Moreno Valle nunca dejó de ser priista, aunque sea líder moral y político del PAN en Puebla, pues su comportamiento es propio de un cacique priista de los años 60. Sin contar con que hay más priistas que panistas en el gobierno del estado.

2. La doctrina del PAN no se encuentra en ninguna parte del gobierno de Moreno Valle, ya al mandatario le gusta ser temido y odiado, pero nunca busca ser un político humanista. En su administración lo que priva es el pragmatismo, ya que nadie es leal a una fuerza política o principios de algún partido. Ahí lo importante es estar en el ánimo del jefe del Poder Ejecutivo.

3. En el actual sexenio aumentó la pobreza –según datos del Coneval–, se disparó la delincuencia, creció la violencia política –ya que hay más de 30 presos políticos– y todo lo privatiza Moreno Valle: el agua potable, las oficinas públicas, los centros recreativos, la zona arqueológica de Cholula y hasta los pájaros del Parque Ecológico.

4. Las obsesiones de Moreno Valle no se centran en reducir la desigualdad social, la migración, el número de niños de la calle, el índice de madres muertas o por lo menos el mal estado de las calles, sino que la mayor parte de los recursos de su administración se utiliza para mantener el control de partidos políticos de todos los colores, de los ayuntamientos, de los grupos del PAN, de las iglesias y todo aquello que contribuya a darle poder al mandatario poblano.

Y frente a estos cuatro factores, el PAN debe guardar silencio y no emitir la más mínima crítica o comentario.

Si no hay que observar a Rafael Micalco Méndez, el presidente estatal del PAN, que tiembla como perro mojado frente al gobierno de Moreno Valle.