Proyecto de nuevos verificentros es un caos y no cumplirá metas

Por La Jornada de Oriente | Jueves, Septiembre 18, 2014

¿Ha visto usted uno de los nuevos verificentros que habrá en la capital y algunos municipios de la entidad? Seguramente no, ya que es un secreto a voces que el proyecto para que el próximo 15 de octubre empiecen a funcionar 17 nuevos centros de verificación vehicular es un caos y no se cumplirán con las metas, ya que a un mes de la reapertura de dicho servicio la mayor parte de los futuros establecimientos no registran avances importantes para estar listos en tiempo y forma.

Existe tal desorden de parte de Mario Rincón González, el titular de la Secretaría de Desarrollo Rural, Sustentabilidad y Ordenamiento Territorial (SDRSOT), que se dice que el empresario Jorge Kahwagi Macari, quien se supone que sería el principal beneficiario de la reasignación de los verificentros, se ha retirado del mercado poblano o está a punto de hacerlo, pues no ve condiciones para hacer negocio y arriesgar unos 200 millones de pesos en dicha actividad.

La idea original era que Kahwagi, utilizando a terceras personas, se quedara con el manejo de la mayor parte de los verificentros. Al percatarse que existe una situación conflictiva en el estado, se dice que decidió únicamente ser el proveedor exclusivo de los equipos e insumos las estaciones mediante la empresa Herramientas Quintana.

Y es que por lo menos existen tres fallas básicas que están frenando el proyecto mal llamado de modernización de los verificentros:

Por un lado siguen vigentes varios juicios de amparo que los anteriores concesionarios interpusieron argumentando ilegalidad en el retiro de las patentes, a tal grado que hace 15 días renunció una de las abogadas de la SDRSOT –quien es hija de un conocido ex director de la extinta Policía Judicial en la época de Manuel Bartlett– al desesperarse de que no existe una correcta estrategia jurídica para que el gobierno del estado responda por sus actos ante los tribunales federales.

Un segundo factor es que existe una falta de planeación técnica, siendo la principal causa de que no se alcance la meta para que funcionen los verificentros el 15 de octubre.

Resulta que los nuevas concesiones de verificentros se licitaron en julio pasado y se les dio a los ganadores –todos ellos empresarios del Distrito Federal y el estado de México– tres meses para empezar a operar, en predios de mil 200 metros cuadrados y con tres líneas de atención a vehículos.

Las anteriores condiciones no tomaron en cuenta que los equipos de verificación primero se pagan, luego se solicitan al único fabricante que se encuentra en Estados Unidos y que tarda tres meses en enviarlos a México, para posteriormente ser instaladas y probados en un periodo que por lo menos requiere de un mes y medio.

Para echar a andar un centro de verificación se necesita entre cinco y seis meses, razón por lo cual no están listas las nuevas estaciones.

Las consecuencia de ese atraso ya se sienten, debido que mucha gente que viaja al Distrito Federal o el estado de México tiene que salir de Puebla para poder verificar sus automotores, ya que si no lo hacen, no pueden circular en la llamada área de la megalópolis, que es la capital del país y los territorios que la rodean.

Un tercer factor es que se habla de una red de corrupción alrededor del otorgamiento de las nuevas concesiones.

Se dice que por lo menos hay tres videos que mostrarían diferentes actos de amenazas, extorsión o confesiones en torno a los abusos cometidos en torno a la reasignación de las estaciones de dicho servicio.

Para intentar frenar la difusión de dichos videos, Mario Rincón dispuso de Omar Álvarez Arronte, uno de esos políticos que traicionaron al PRI y se convirtieron al morenovallismo, quien ha visitado a varios ex concesionarios y decirles que les “van a partir el hocico” si dan a conocer las anomalías que se ha cometido en su contra.

A uno de los concesionarios que ya se atemorizó y anda convenciendo a sus colegas de que ya mejor se desistan de la lucha de sus derechos, es el hermano de un famoso ex secretario de Cultura en el estado y autor de varias novelas, entre ellas una que narra la vida accidentada de un famoso ex boxeador poblano.

Tal situación tiene muy nerviosos a altos funcionarios de la SDRSOT, ya que se ha hecho público el secreto de que en una oficina del Word Trade Center, de la ciudad de México, es donde se negociaron la entrega de las nuevas concesiones de los verificentros, como una manera de que no se filtraran las condiciones –no legales– que se exigieron a los beneficiarios. Por el material que se sabe que existiría sobre las anomalías en torno a los verificentros, los conocedores del tema dicen que de algo están seguros: el espectáculo del escándalo de la corrupción en la SDRSOT apenas está por comenzar y promete que van a ser historias muy entretenidas, que tendrán como figuras centrales a connotados ex priistas.