Cabildean en Puebla reelección de Plascencia en la CNDH

Por La Jornada de Oriente | Martes, Septiembre 2, 2014

Desde hace varios días distintas organizaciones no gubernamentales (ONG) de Puebla, principalmente las que trabajan a favor de causas indígenas y protección de garantías individuales, han sido visitadas para que sus directivos sean conminados a firmar una carta dirigida al Senado de la República y con la cual se pida que Raúl Plascencia Villanueva siga al frente de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH) por un periodo más, toda vez que en octubre se decidirá la permanencia del ombudsman.

Eso no tendría nada de extraordinario si no fuera porque el promotor de dicha carta es José Víctor Juárez Vázquez, quien es el secretario técnico ejecutivo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH), quien está imposibilitado para hacer esa clase de proselitismo; sin embargo, se percibe que este asunto no se trata solamente de un acto de negligencia más de la CDH, sino que parecería que es parte de una labor del gobierno morenovallista para buscar ganarse la voluntad de Raúl Plascencia y evitar una recomendación severa de la CNDH por la represión al pueblo de San Bernardino Chalchihuapan –ocurrida el pasado 9 de julio– y la muerte del menor José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo.

Pareciera que se busca un doble efecto; por un lado, tratar de incidir en la decisión de los senadores –el próximo mes– para evitar un cambio de ombudsman bajo la premisa de que ONG de Puebla avalan la labor de Raúl Plascencia y su intervención en el caso de Chalchihuapan.

Y con ello, que el gobierno del estado se pueda granjear la simpatía de Plascencia para que emita una recomendación que sugiera la responsabilidad de mandos medios en la represión del 9 de julio, pero sin tocar la figura de Rafael Moreno Valle y sus principales funcionarios, como son Luis Maldonado Venegas y Facundo Rosas, quienes ocupan las secretarías de Gobierno y Seguridad Pública, respectivamente, y fueron quienes desataron la violencia contra los labriegos.

Tal esquema lo está usando el gobierno morenovallista, porque conoce la naturaleza de Raúl Plascencia Villenueva, un personaje al que poco le ha importado el deterioro de los derechos humanos en México y su principal interés gravita en mantener una buena relación con el estatus quo de la política, para que de esa manera se mantenga en el puesto que le abre las arcas de un presupuesto anual de mil 400 millones de pesos.

Para ese propósito, el gobernador se vale de la mediocre figura de Adolfo López Badillo, presidente de la CDH, quien se abstuvo de investigar la violencia en los hechos de Chalchihuapan y de inmediato se puso del lado de la parte oficial, dejando en el olvido a los agraviados de la represión morenovallista.

López Badillo es un presidente de la CDH sin independencia, sin autonomía y sin una labor destacada. En resumen, el ombudsman poblano es solo una figura decorativa que está al servicio del Poder Ejecutivo; y es que Adolfo López le debe el cargo a Rafael Moreno Valle y a Raúl Plascencia, pues fue éste quien en el año 2011 se lo recomendó al mandatario para que se hiciera cargo de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla.

Adolfo López Badillo entre 2009 y 2011 fue un subordinado de Raúl Plascencia, pues el primero fue parte de la subsecretaría de Análisis de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y durante ese periodo el segundo de ellos ya era presidente del organismo.

La CDH se supone que es un organismo independiente y autónomo, cuya principal función es atender las quejas ciudadanas contra autoridades que violaron los derechos humanos. En ninguna parte se establece que entre sus deberes está hacer grilla para favorecer a un personaje a ocupar un cargo público, sin importar la naturaleza jurídica de ese puesto.

El burdo mecanismo que se sigue para buscar apoyos a favor de Raúl Plascencia –labor a cargo de José Víctor Vázquez Juárez– es entregarle a todas las ONG el mismo machote de documento, solo para que pongan el nombre de su organización y lo firmen.