Marín sueña con ser líder moral del PRI, pero teme las consecuencias

Por El Sol de Puebla | Lunes, Septiembre 1, 2014

Aunque usted no lo crea, cuentan los enterados que el ex gobernador Mario Marín Torres andaba tan entusiasmado con su retorno a la escena pública del estado que planeaba hacer más ruido del que hizo aquel famoso sábado de Consejo Político en el Centro de Convenciones.

Una lectura de las circunstancias actuales le permitió pensar que podía levantar la mano para erigirse en una suerte de líder moral para enfocar los esfuerzos de su partido, el PRI, en la búsqueda del retorno a Casa Puebla.

Sin embargo, esos mismos enterados cuentan que desde el cerro de Loreto y Guadalupe le mandaron a decir que su hiperactividad no era parte de los acuerdos alcanzados en la segunda mitad del año 2010, pero que si estaba decidido a echarse para adelante y dar batalla pública, pues así sería, con las consecuencias políticas y mediáticas que ello implicaba.

Después de eso, se insiste, siempre en voz de las fuentes que piden la gracia del anonimato, Marín habría respondido que él seguía dedicado de tiempo completo a las actividades de su notaría y, por consiguiente, también habría optado por bajar de nueva cuenta el perfil, para evitarse problemas.

Es decir, reviró en su intentona de hacerse el reaparecido para ganar reflectores.

Lo que no sabe es que sus interlocutores no creyeron eso de que la prioridad se encuentra en las funciones notariales y optaron por vigilarlo de cerca.

¿Qué le parece?

Habrá que ver cuánto dura el presunto acuerdo.

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Quienes no han recibido de muy buen agrado aquellas versiones que exponen la posibilidad de que el gobernador Rafael Moreno Valle replantee desde el Congreso del Estado el tema de la minigubernatura, para pasar de un periodo de 1 año con 10 meses a otro de casi cinco años, son los priistas Enrique Doger Guerrero y Juan Carlos Lastiri Quirós.

El primero de ellos teme que Blanca Alcalá Ruiz deje de mostrar desdén por la candidatura tricolor del 2016 y que de esa forma lo desplace de toda oportunidad.

Con un periodo ampliado, la senadora valoraría mucho más lo que ahora desprecia y seguro que ya no querría esperar hasta la siguiente contienda para pelear por la gubernatura. Eso, en caso de concretarse, representaría una muy mala noticia para el ex rector de la BUAP.

Lastiri, por su parte, había previsto armar su candidatura con miras al 2018, usar los recursos de los que dispone en la subsecretaría de Desarrollo Social para incrementar su posicionamiento.

Él veía a Blanca Alcalá en la elección de 2016 y se miraba a sí mismo hasta la siguiente.

Que Moreno Valle modifique los periodos constitucionales de gobierno obligará a Lastiri a replantear su estrategia, y a tener que medirse con Alcalá Ruiz antes de lo esperado.

Por eso es que, según se dice desde sitios regularmente bien informados, los dos suspirantes andan algo más que nerviosos.

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A diferencia de Doger y Lastiri, el que no ve con desánimo esto de extender el periodo de gobierno posterior a Moreno Valle es el presidente municipal de Puebla, José Antonio Gali Fayad.

En los trabajos de prospectiva que se realizan en Casa Puebla se considera al alcalde como una de las opciones importantes para competir por parte del PAN y la alianza morenovallista en los comicios de 2016.

Si Gali es el candidato a gobernador en esa batalla y gana, preferirá ocupar la titularidad del Poder Ejecutivo cuatro años con 10 meses, en lugar de sólo los 22 meses que se encuentran establecidos ahora.

De ahí que la supuesta modificación no mortifique al edil.

Por el contrario.

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Ana Isabel Allende Cano y Melquiades Morales Flores por fin pudieron ser vistos juntos en un acto más o menos público.

La diputada federal y virtual presidenta del Comité Directivo Estatal del PRI comió el domingo con el ex gobernador en una reunión de amigos que organizó Jesús Morales en el municipio de Esperanza, de donde son originarios él y su hermano.

No hubo representantes de los medios de comunicación, pero sí unos 200 comensales que, se dice, fueron testigos del buen trato que le dispensó el ex mandatario a la próxima dirigente tricolor.

El tiempo aclarará si este acercamiento tuvo que ver con un genuino respaldo de Melquiades Morales a la gestión de Isabel Allende al frente del PRI, que está por comenzar, o si obedeció a un mero acto de cortesía política.

Como sea, ya se dejaron ver uno al lado del otro.

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