Puebla compró en 2008 lanzadores de balas de goma

Por Milenio | Sábado, Julio 26, 2014

Las razones por las cuales un presidente electo en México decide crear su gabinete no tienen impacto en la sociedad; sin embargo, en la oposición, se busca la manera de desprestigiar a todos y cada uno de los nuevos secretarios de Estado. Muchos “conocedores” de la política real apuestan por el tiempo que estará en su cargo el secretario de Gobernación, el de Hacienda, el de Desarrollo Social, etcétera, y comienza así la “bola de cristal”.

La designación más compleja del gabinete es la de los secretarios de la Defensa Nacional y la Marina Armada de México, en primer lugar, porque todos los generales y almirantes con posibilidades de convertirse en los altos mandos (militar y naval) tienen grandes capacidades y habilidades para ocupar el cargo; en segundo lugar, porque la militar y la naval son las únicas designaciones que acompañarán al presidente durante todo su sexenio, apoyando —sin ningún ánimo partidista— el proyecto de gobierno, las políticas públicas, el orden constitucional y la seguridad del país, con mejores resultados que cualquier otro secretario de Estado. ¿Y por qué

Cuando terminen su gestión Salvador Cienfuegos y Vidal Soberón, no ocuparán cargos públicos; se retiran de la vida pública. Los secretarios de la Defensa y de Marina no solamente deben entregar resultados positivos al presidente, sino que los deben hacer también para el país y principalmente para los generales, almirantes, jefes, capitanes, oficiales, tropa y marinería que lideraron y que seguirán en el futuro constituyendo el instituto armado.

Cada vez que inicia un sexenio, los secretarios entrantes exhiben las malas condiciones en las que recibieron sus carteras. Lo mismo sucede con los gobernadores, alcaldes, directores de paraestatales, etcétera.

Los militares en este país no tienen aspiración política. No se debe confundir la acción militar, ya sea de tierra, de mar o aire, con ningún otro interés que no sea el colectivo. Si al Gobernador poblano, Rafael Moreno Valle, le explotó un petardo o una bala de goma, debe asumir plena responsabilidad. Si fue petardo, que lo demuestre con pruebas fehacientes; si fue bala de goma, entonces que lo asuma y se responsabilice no solamente del hecho, sino también demostrando, aunque sea, un poco de compasión por la muerte de un menor de 13 años.

En el documento emitido por la 25 Zona Militar con sede en Puebla, fechado el pasado 18 de julio, dirigido a Facundo Rosas Rosas, secretario de Seguridad Pública del estado, se informa que desde 2011 no se han encontrado antecedentes de que la Sedena haya vendido a la SSP de Puebla balas de goma. De esto, se agarró el gobierno poblano; sin embargo, en el documento también se aclara que, en 2008, la dependencia estatal adquirió armamento de cargo, con 26 lanzadores simples —de los que usan balas de goma— y 26 multilanzadores de gas lacrimógeno. Lo anterior no significa que una bala de goma haya provocado la muerte del menor José Luis Tehuatlie Tamayo. Lo que sí es que Moreno Valle y Rosas Rosas no pueden colgarle a la Sedena el aval para desligarse de la responsabilidad sobre la adquisición de equipo para el restablecimiento del orden público, a pesar de que se haya comprado en tiempos del góber precioso.

El comunicado de la zona militar también indica en su parte final que se pedirá a la Dirección General del Registro Federal de Armas de Fuego y Control de Explosivos la información que requiere la Secretaría de Seguridad Pública de Puebla.

¡Habrá que esperar!

Y sin aspiración política.