Chalchihuapan también agudizó la crisis en el PRD poblano

Por Efekto10 | Jueves, Julio 24, 2014

Muchos buscan aprovechar la actual coyuntura política en el estado, para tratar de llevar agua a su molino. Como siempre no faltan los oportunistas y los mercenarios que cambian de color de acuerdo a las circunstancias y a sus intereses monetarios.

Un caso especial es el que se vive en el interior de las filas del Partido del Sol Azteca, en donde la presencia y la mano del gobernador Moreno Valle, despertó a grupos que se encontraban dormidos, pero que por ningún motivo iban a permitir que el mandatario poblano, les quisiera arrebatar las siglas de este instituto político.

“Los Chuchos” los tradicionales aliados del gobernador viven una crisis interna provocada por la pérdida de credibilidad debido a su tradicional política de venderse al mejor postor, la cual se agravó hace unos días, cuando el Instituto Nacional de Elecciones, le entregó su registro al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) que encabeza Andrés Manuel López Obrador.

Al interior del perredismo, se había tolerado la intervención del gobernador de Puebla en ciertos asuntos. La alianza entre el gobernador y los “Chuchos” se estableció con Jesús Ortega y Luis Miguel Barbosa a inicios del 2010, cuando ambos personajes abandonaron los brazos del marinismo, con el cual obtuvieron jugosas ganancias, para sellar un nuevo pacto con el entonces candidato del PAN a la gubernatura.

El triunfo electoral del morenovallismo representó nuevas concesiones para los duelos de las siglas del PRD, quienes recibieron todo tipo de prebendas, entre ellas la ascendente carrera del dueño de este instituto a nivel local, “El ñoño” Luis Miguel Barbosa Huerta, quien llegó al senado de la República e impulso como siempre a uno de los suyos, Erik Cotoñeto, para quedarse con la dirigencia estatal.

Hasta ahí todo marchaba bien, pero el PRD no es el PAN, las tribus internas tienen mucho que decir, más las que se identifican con la izquierda lopezobradorista, las cuales tienen la indicación de no abandonar las filas de este partido para evitar que estas queden en manos de “Los Chuchos”.

Como lo comente al inicio de esta columna, Nueva Izquierda la corriente hegemónica al interior del PRD vive una etapa de crisis, la cual se agudizo, con el distanciamiento entre Jesús Ortega, Jesús Zambrano y el senador Luis Miguel Barbosa.

En este contexto en Puebla se dio el advenimiento del secretario General de Gobierno de Puebla, Luis Maldonado Venegas a las filas del partido del sol azteca.

Los grupos al interior del sol azteca, advirtieron que la llegada de Maldonado no era obra de la casualidad, ya habían advertido la forma en que el gobernador de Puebla, se apoderó de las siglas del Acción Nacional, primero en el estado y luego a nivel nacional.

Con Luis Maldonado arribó también el secretario de Educación Pública, Jorge Benito Cruz Bermúdez.

Alertados sobre estos movimientos, las tribus cerraron el paso a ambos personajes, los cuales encabezaban las listas de candidatos a consejeros nacionales del PRD.

Los grupos más radicales del perredismo iban a ser desplazados, pero también el senador Barbosa iba a perder por primera vez en casi una década el control del perredismo en Puebla, con todo lo que esto representa.

Este conflicto interno hay que asociarlo a lo ocurrido en la junta auxiliar de san Bernardino Chalchihuapan, el pasado 9 de julio, donde las manos del partido del sol azteca están metidas hasta el fondo.

No es casualidad que también haya sido el PRD el que solicitó un minuto de silencio por la muerte de José Luis Tehuatli Tamayo, en voz de su diputada Allinet Mariana Bautista, quien en abril de este año junto con la también diputada Roxana Luna Porquillo, pidió la intervención de Amnistía Internacional, para que interviniera en el caso de los detenidos por bloquear la construcción del gasoducto Morelos.

Algo se venía cocinando ya desde hace tiempo.

Por supuesto que otros que también están felices son los priistas, aunque esos, esos son otra historia, ya que solo han tratado de llegar a colgarse del tema.

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Ricardo Morales Sánchez