El gobernador de Puebla se tambalea por la muerte del niño de Chalchihuapan

Por El Universal | Miércoles, Julio 23, 2014

Sin duda que es una buena noticia que el gobernador de Puebla, Rafael Moreno Valle, haya decidido enviar al Congreso local un decreto para derogar la llamada Ley Bala, aprobada apenas el pasado 20 de mayo y que facultaba a la policía estatal “al uso legítimo de armas de fuego” con balas de goma, para dispersar manifestaciones.

Por eso, los poblanos y los mexicanos todos, no podemos más que decir “¡gracias!” al gobernador Moreno Valle; gracias por tomar una decisión sensata que, sin duda, será acompañada por la mayoría del Congreso de Puebla. Pero al tiempo que se agradece la derogación de la Ley Bala, también se debe agradecer que, generoso, Moreno Valle decidió exhibir de cuerpo completo su proyecto presidencial para 2018; el talante represor de su gobierno y el tufo autoritario de su gestión.

Gracias, gobernador Moreno Valle, porque al tirar la Ley Bala a poco más de dos meses de su promulgación, confirma que el Congreso estatal no es más que “un pelele” a su servicio y que, por tanto, en Puebla no existe división de poderes. ¿No era eso lo que por medio siglo reprochó el PAN del viejo y autoritario PRI? Gracias, porque con los excesos del poder en Puebla, confirma que no sólo los gobernadores del PRI recurren al viejo método del autoritarismo y la represión, sino también los del PAN.

Gracias, porque muchos poblanos esperan que así como propuso derogar la Ley Bala, también derogue la Ley de Expropiación —aprobada también en mayo pasado—, y con la cual el gobierno poblano puede incautar —de manera autoritaria e inconstitucional—, bienes inmuebles o predios bajo el argumento de “inmediatez y urgencia”, sin que exista una notificación previa. Dicha ley apareció como iniciativa en el Congreso el 21 de mayo y 24 horas después ya estaba aprobada, gracias a los bueno oficios del diputado azul Eukid Castañon Herrera, quien pasó de la Contraloría del Estado directamente al Congreso, como diputado, sin haber realizado elección alguna. ¿Y cómo hizo posible el milagro? Castañón Herrera renunció a la Contraloría en enero pasado y entró al Congreso en sustitución del cuñado del gobernador, Fernando Manzanilla Prieto, quien renunció a tomar posesión como diputado plurinominal.

Gracias, gobernador Moreno Valle, por mostrar a los ciudadanos que las leyes también sirven para venganzas personales. Y es que a pocos días de que el Congreso aprobó la Ley de Expropiación, el gobierno estatal expropió —por “utilidad pública”—, la ex hacienda de San Antonio Tamariz, de 747 hectáreas. Lo curioso es que dicho predio le pertenece a la familia del ex dueño del equipo Puebla de fútbol, Emilio Maurer. Pero lo que pocos saben es que Maurer y Moreno Valle son parientes y que la hacienda se disputa por más de medio siglo.

Gracias, gobernador Moreno Valle, porque igual que el tristemente célebre José López Portillo, también persigue periodistas. La prueba son las demandas por difamación y calumnia que el gobierno interpuso en contra de los periodistas Adrián Ruiz, de El Heraldo de Puebla, y Fabián Gómez, del portal Contraparte. En total, Moreno Valle ha demandado a 19 periodistas por criticar su gestión.

Gracias, gobernador, por el ejercicio memorioso de que en tiempos de Gustavo Díaz Ordaz, su abuelo, Rafael Moreno Valle, fue designado gobernador de Puebla. Y no pasaron 15 días de la toma de posesión cuando ocurrió la primera matanza: el asesinato de campesinos de Huehuetlán el Chico, que protestaban por la llegada de un presidente municipal que —relata el diario poblano Intolerancia—, no tenía buenos antecedentes. Otras masacres fueron reportadas entonces por el periódico La Opinión. Por esos actos represivos, Moreno Valle abuelo fue removido del cargo antes de llegar al fin de su gobierno. Hoy, Moreno Valle hijo se tambalea por la muerte de un menor de 13 años, víctima de la represión en los tiempos del gobierno poblano del PAN.

Gracias, gobernador, porque al desplegar un costoso control de daños por el escándalo que provocó la Ley Bala, el gobierno de Puebla exhibió que el de Moreno Valle es el más acabado proyecto de sucesión presidencial en las filas del PAN; un proyecto que ha costado millones de pesos, que tiene las alianzas más sólidas imaginables entre los azules y algunos gobernadores del PRI y que, hasta antes de la Ley Bala, era un proyecto rumbo a 2018 que, incluso, había rebasado a Gustavo Madero.

Pero esa historia para otro momento. Por lo pronto, ¡gracias gobernador!, por echar abajo la Ley Bala. Sólo falta saber quién será castigado por la muerte de un niño, a causa de la ley que pronto será derogada. Al tiempo.