Luis Maldonado ignoró 140 solicitudes de diálogo

Por La Jornada de Oriente | Martes, Julio 22, 2014

El gobernador Rafael Moreno Valle Rosas no resistiría una investigación independiente e imparcial, como tendría que ser, para deslindar responsabilidades por el asesinato del niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo. Entre otros factores porque existen pruebas de que antes de los hechos violentos de San Bernardino Chalchihuapan hubo, por lo menos, unas 140 solicitudes de audiencia con el titular de la Secretaría General de Gobierno (SGG), Luis Maldonado Venegas, para tratar los conflictos sociales en juntas auxiliares, con mototaxistas y pueblos de los volcanes, y todas esas peticiones de buscar soluciones políticas y negociadas fueron ignoradas.

Por esa razón el gobernador ayer empezó a recurrir a medidas desesperadas para intentar frenar de imagen de represor que ya enfrenta en la prensa nacional, en redes sociales y grupos defensores de los derechos humanos. Un primer paso ha sido querer dar un golpe mediático para intentar revertir su desprestigio mandando a los diputados locales a tragarse sus palabras y abrogar la #Ley Bala, que apenas hace un par de meses aprobaron contra viento y marea.  Esa medida se adopta luego de que empezaron a llover amparos contra esa norma de corte fascista.

Una segunda medida ha sido el ir a pedir el auxilio del presidente Enrique Peña Nieto para intentar obtener un peritaje de la Procuraduría General de la República (PGR) que exonere a Facundo Rosas, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública, quien aparece como autor intelectual del saldo negativo de la violencia del 9 de julio, al haber ordenado el uso de balas de goma y de proyectiles de gas contra los pobladores de San Bernardino Chalchihuapan.

Moreno Valle está recurriendo al gobierno federal para exigir un pago de favores, luego de que fue el mandatario más activo en el apoyo a la reforma energética de la administración de Peña Nieto.

Aunque para mala suerte del mandatario está recurriendo a la PGR cuando esta institución también enfrenta una severa crisis de credibilidad luego de su nuevo “michoacanazo”, consistente en que primero la dio un trato de delincuente a Rosa del Carmen Verduzco, mejor conocida como Mamá Rosa, por el tenebroso hospicio que tenía en Michoacán, y luego de manera inexplicable no presentó cargos contra esta mujer, pese a los abusos físicos, sexuales y psicológicos que sufrían cientos de infantes de ese lugar.

La única medida que le serviría con eficiencia al gobernador es que se acepte que hubo excesos de los policías estatales y sacrifique a los principales responsables de esta crisis: a Luis Maldonado Venegas, quien canceló la vía política para atender los conflictos que le han estallado al gobierno, y a Facundo Rosas, quien es el ejecutor de la política represiva que se ha expresado en más de una decena de operativos violentos contra mototaxistas, ediles auxiliares, ciudadanos inconformes con el metrobús y una larga lista de agraviados.

De los dos, quien tiene más culpa es Luis Maldonado Venegas, quien se ha encargado de cerrar toda vía de dialogo con el gobierno. El funcionario invierte más tiempo en estar entregando y recibiendo reconocimientos, en buscar su incorporación a la cúpula del PRD o en promover su imagen como supuesto periodista, que en atender los conflictos del estado.

Para sustentar lo anterior basta recordar que el pasado 21 de mayo, con la mediación de la Secretaría de Gobernación federal, ese día se sentaron en la misma mesa: Luis Maldonado Venegas, los representantes del movimiento Los de Abajo y una serie de ciudadanos que se prestaban a fungir como intermediarios para facilitar el diálogo, entre los que se encontraba Fernando Fernández Font, el rector de la Universidad Iberoamericana. La respuesta que dio Maldonado fue levantarse de la mesa y dejar hablando solos a los asistentes.

Maldonado, lejos de buscar un diálogo, se puso a ofender a la diputada Roxana Luna, la líder de Los de Abajo, y se levantó de la mesa ante la mirada atónita de los presentes. Ese día el gobierno de Rafael Moreno Valle perdió la oportunidad de oro de resolver pacíficamente, mediante la negociación política, una serie de malestares sociales como era la #Ley Bala, que este día será echada al cesto de la basura.

Antes de eso, en 2013 los líderes del movimiento Los de Abajo presentaron ocho solicitudes formales de audiencia con la Secretaría General de Gobierno para abordar diferentes temas que confrontan a la población con la administración morenovallista y nunca hubo respuesta. Se tuvo que recurrir ante un plantón en la ciudad de México para que Maldonado accediera a mantener un reunión corta e insignificante con los inconformes.

En este año hubo otras tantas solicitudes, y finalmente se dio la reunión del pasado 21 de mayo, misma que abortó Maldonado al levantarse de la mesa. Ese día se ofreció que se respondería puntualmente a un pliego petitorio que entregó Los de Abajo y es la fecha que no se produce la contestación.

En los últimos dos meses, ediles de diferentes juntas auxiliares hicieron unas 120 solicitudes de audiencia a la SGG para manifestar su desconcierto por el retiro del registro civil de esas comunidades y la respuesta de la dependencia que dirige Maldonado fue: el silencio absoluto, como expresión de desprecio, de autoritarismo puro, de negligencia, de barbarie.

Y queda claro que cuando un gobierno no discute, no propone, no analiza, no escucha, solamente se le deja a la gente la opción de la presión social para hacer un reclamo, que en este caso era muy justo, luego de que a las juntas auxiliares les quitaron un servicio público básico, que es el registro civil.

¿De Facundo Rosas qué se puede decir? Que es un funcionario con fama de represor y de ser parte de los montajes mediáticos que hacía Genaro García Luna en la Policía Federal.

Ahora Facundo Rosas hace lo mismo que García Luna: quiere solucionar la crisis con montajes, que son una serie de videos que intentan incriminar a Roxana Luna y a los pobladores de Chalchihuapan por la violencia del 9 de julio, que le costó la vida al niño José Luis Alberto Tehuatlie Tamayo, y que al final no demuestran nada. Lo sorprendente es que el gobernador no corra a este funcionario y se quiere defender con pruebas endebles, nada creíbles, como es la afirmación de que la gente de Chalchihuapan tenía piedras de grueso calibre.