Fracasó el Centro de Incubación de Empresas IPN

Por El Universal | Martes, Noviembre 5, 2013

Proyectos que impulsó el Centro de Incubación de Empresas de Base Tecnológica del Instituto Politécnico Nacional (CIEBT-IPN) en el bienio 2005-2006, que contaron con el apoyo financiero de la Secretaría de Economía (SE) y se presumieron como casos de éxito, en su momento, hoy representan una cartera vencida superior a los 47 millones de pesos; incluso entre los presuntos beneficiarios y deudores habría funcionarios como el actual director de la Incubadora, Juan Alberto González Piñón, aunque éste negó tener nexo con la empresa con la que se le vincula.

El “fracaso” de estos proyectos en los que ha sido imposible recuperar los créditos otorgados a emprendedores como parte del programa Capital Semilla, para promover la creación de nuevas empresas y consolidar otras ya constituidas, se suma a las irregularidades documentadas y que dio a conocer EL UNIVERSAL sobre el manejo ilegal de recursos en este centro.

Se informó que en los años 2008, 2010 y 2011 presuntamente se desviaron recursos provenientes del Fondo Pyme de la SE, pues algunos de los recursos nunca llegaron a los “emprendedores” y se simuló su entrega a falsos beneficiarios; profesionistas y empresarios entrevistados cuyos datos fueron utilizados, confirmaron el uso ilegal de su información oficial.

Entre las anomalías está el uso del RFC de personas físicas y morales, para registrar ante el Servicio de Administración Tributaria (SAT) empresas inexistentes o “fachada” como supuestas beneficiarias; se falsificaron firmas para simular trámites ante la CIEBT-IPN o elaborar recibos; se usaron credenciales del IFE para justificar la creación de empleos falsos; el Centro cobró hasta 50 mil pesos por servicios de consultoría para cada emprendedor, que en algunos casos jamás recibieron, además de existir doble facturación por este concepto.

Estos hechos no son los únicos que evidencian posibles deficiencias de la Incubadora. Capital Semilla hace surgir dudas sobre el éxito de las tareas de incubación del Centro, a pesar de que en agosto 2013 su labor le valió el reconocimiento por parte del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem).

Por ejemplo, el actual director del CIEBT-IPN, Juan Alberto González Piñón, presuntamente fue beneficiado para obtener recursos de la SE en 2005 a través del programa Capital Semilla, a pesar de la imposibilidad legal, ya que entonces era funcionario de la misma área, pues fungía como jefe de Departamento Administrativo.

En esa época el director del Centro era Óscar Jorge Súchil Villegas (hoy secretario de Extensión e Integración Social del IPN), quien por su rango presuntamente debió tener conocimiento o autorizar los fondos destinados para la compañía Jhali Alimentos, en la que tenía intereses González Piñón.

Aunque en los archivos del proyecto el emprendedor beneficiado que se registró es Miguel Ángel Rosales Hernández, en los datos de la empresa en internet aparece González Piñón como “titular de la marca Jhali Alimentos, de bebidas no alcohólicas, bebidas de sabor con fibra y otras preparaciones con bebidas”, con domicilio en calzada de La Naranja 821, colonia Ampliación San Pedro Xalpa.

Existen notas periodísticas como la que publicó EL UNIVERSAL en febrero de 2006, en la que González Piñón concedió entrevistas como gerente administrativo de la empresa Mountain Glass, para la comercialización de los productos para diabéticos con la marca Jhali Alimentos —que se asegura fueron desarrollados en la Escuela Nacional de Ciencias Biológicas del IPN—. A ocho años de la entrega del financiamiento al proyecto, la empresa adeuda 442 mil 622.13 pesos al cierre de abril de 2013, y sólo ha pagado 35 mil 565.79 pesos.

Así lo indica una relación de la cartera de clientes del proyecto Capital Semilla, cuya copia obtuvo esta casa editorial, que revela los adeudos de los fondos que 37 de los “emprendedores” obtuvieron en 2005 y 2006, elaborado por la Fundación Mexicana para la Innovación y Transferencia Tecnológica en la Pequeña y Mediana Empresa (Funtec AC), que fungió como mediadora en el programa y que cada mes requiere al CIEBT-IPN el cobro a los empresarios morosos.

Al respecto, en entrevista, González Piñón explicó que “un funcionario que pueda decir ‘yo quiero tener un apoyo del Fondo Pyme’ no es posible en función de nosotros como Incubadora; si te interesa, te tendrías que salir de trabajar, así de simple”.

—Pero usted aparece como titular de la marca de Jhali Alimentos, ¿usted podía recibir el apoyo?

—No, en lo absoluto.

Rechazó además conocer o ser socio del emprendedor que recibió el crédito, Rosales Hernández.

—¿Cuál es la relación con Jhali Alimentos?

—Realmente no hay ninguna relación con ellos. Me lo está diciendo ahora y me sorprende.

—¿Por qué dio la entrevista como gerente de la empresa para promover los productos?

—Fíjate que no tengo conocimiento de ello.

Otro de los funcionarios beneficiados como “emprendedor” es el actual jefe de Departamento de Promoción y Transferencia de Metodologías de la Incubadora, José Jesús Herrera Ceja, quien en 2005 recibió fondos para su compañía Similares Alimentos, aunque de ésta no aparecen registros en internet sobre su operación actual, y el director de la Incubadora confirmó que ya no existe.

Aunque la compañía está en la lista de cartera vencida de Capital Semilla, en la que Funtec detalla que hasta abril de este año el funcionario del IPN debe de su crédito un total de 734 mil 498.20 pesos, y en ocho años sólo se han podido recuperar de esta cuenta 14 mil 79 pesos.

González Piñón justificó que en la época en que Herrera Ceja, hoy su colaborador, recibió el crédito, era docente y no funcionario público, por lo que su proyecto sobre productos para diabéticos fue financiado, “ahí no hay ninguna situación anómala ni indebida. Este apoyo que se le dio a este proyecto fue para la prueba de concepto y de prototipos sobre productos para diabéticos”.

Se le cuestionó por qué Herrera Ceja debe más de 700 mil pesos, y el director expuso que “aquí no es el problema de que los emprendedores no quieran pagar, este programa salió como piloto con una perspectiva de que el problema real que tenían los emprendedores en ese entonces era totalmente vinculado a la falta de apoyo económico, Economía así lo lanzó y dio los apoyos”. Aquí, dijo, “entra el concepto que se conoce como fracaso tecnológico, es decir, muchos de los proyectos que están vinculados a ese Fondo Pyme todos tienen cartera vencida”.

“Aquí estamos visualizando que los apoyos fueron insuficientes en ese momento, un proyecto para pasar de una idea a un prototipo quizá requiera 200 mil pesos o un millón, dependiendo del nivel tecnológico en el cual se encuentre, pero de ahí a que llegue al mercado requiere de otra inyección de capital, lo cual ya no ocurrió en las etapas siguientes del desarrollo del proyecto, entonces muchos de estos proyectos cayeron en esa cartera vencida”, detalló.

El director de la Incubadora reconoció que “fue una mala aplicación del programa, pensando que aplicándolo en esas etapas tempranas iban a surgir las empresas de manera natural”; y aclaró que corresponde a Funtec el cobro, pues es dueño de la cartera vencida, y el IPN no tiene funciones de cobranza.

Fracasos tecnológicos

En 2009 el entonces director del CIEBT-IPN, Súchil Villegas, presentó el libro El orgullo de ser empresario Politécnico, en el que se presentan 40 casos de éxito de negocios con el apoyo del Centro. Sin embargo, algunas de las empresas que se presumen en la obra están en la lista elaborada en abril de 2013 por el Funtec sobre los morosos que no han pagado el financiamiento recibido desde 2005 y 2006, una cartera vencida que asciende en total a 47 millones 349 mil 509.18 pesos.

Aunque el libro de la Incubadora del IPN pone como ejemplo de las bondades del proyecto a la compañía Idea Bioquímica, SA de CV, del ingeniero Pablo Rojano Cabrera —en el que se señala que a largo plazo buscaba exportar el antiséptico Germisol a Europa o África—, de los fondos recibidos en 2005 con el proyecto Capital Semilla, la compañía debe a la fecha 3 millones 308 mil 624 pesos.

Mientras en la edición se destaca a la empresa Fractanet, de José Antonio Montoya Hernández, ésta debe de los fondos que se le entregaron hace ocho años un total de 3 millones 145 mil 993 pesos, sin que se haya recuperado nada.

También aparece Valmigom Promo Acción, SA de CV, de Oralia Cecilia Acosta Barrera, compañía apoyada para crear una goma de borrar publicitaria, adeuda 2 millones 845 mil 740 pesos y tampoco se ha recuperado un peso de lo que recibió. Ludisa, de Jorge Cuauhtémoc Mejía, especializada en publicidad, adeuda 2 millones 774 mil 500 pesos.

La Incubadora también destacó el proyecto de Reciplastik, de Jerónimo Fernando Pacheco Adame, que hasta abril de este año debía 935 mil 871 pesos, y no ha devuelto nada.

No todos los casos que aparecen en el libro son deudores, pero la cartera incluye a 37 morosos, que a pesar de la existencia de convenios que indicaban que los recursos no eran fondo perdido y que debían reintegrarse, el cobro no se ha hecho. En 2005 se benefició a 32 emprendedores con Capital Semilla, que hasta abril de este año debían 35 millones 933 mil 999.66 pesos; en 18 de estos casos nada se ha recuperado.

En 2006 en el mismo programa se benefició a cinco proyectos: Sistema Iluminación PTF, de Enrique Capilla; Rey Mono, de Cristian Bredee Tovar; Reciclado de Llantas, de Alfredo Jasso Martínez; Producción de Nanoparticulas de Plata a partir de Métodos Biológicos y Grita Fuerte, SA de CV, que para abril de este año debían en conjunto 11 millones 415 mil 509.52 pesos, sólo en el primer caso se han hecho pagos por más de 81 mil pesos.

El diario intentó contactar a estos emprendedores-deudores para saber en qué condiciones se les entregaron los créditos. En los casos en que se buscó a los empresarios, las direcciones y teléfonos que son referencia del crédito entregado ya no corresponden a los domicilios y números actuales.