Policía comunitaria de Texmelucan, no es grupo armado

Para evitar malos entendidos, la delegación de la Secretaría de Gobernación federal difundió una precisión sobre el tema de las policías comunitarias al que el titular de la dependencia, Juan Molina Arévalo, hizo referencia y se publicó en la prensa el día de ayer.

Como en este espacio lo compartimos, las agrupaciones que existen en la entidad no corresponden a grupos armados.

La dependencia incluso precisa que las agrupaciones a las que se refirió el delegado existen además de San Martín Texmelúcan, en Tehuacán y que están integradas por ciudadanos organizados en el marco legal e incluso colaboran con las autoridades locales en estrategias de seguridad.

"En Puebla los grupos tienen fines preventivos de colaboración con las autoridades, de ninguna manera son organizaciones de autodefensa que tomen en sus manos una justicia que no les corresponde o que intenten suplir las funciones de seguridad que le corresponden al Estado", expresa la delegación sobre el tema.

La delegación compromete incluso un trabajo coordinado entre gobierno federal y estatal para evitar que este tipo de grupos transmuten "en organizaciones de otra naturaleza".

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Con la novedad de que ninguno de los partidos políticos que participaron en la pasada contienda electoral cumplió.

Ni los que ganaron, ni los que perdieron.

Todos por igual muestran sus flaquezas y exponen, con hechos y no palabras, que la demagogia y retórica con la que suelen convencer al electorado sólo es mera estrategia.

De lo contrario al día de hoy, preocupados por la imagen urbana, el medio ambiente y la normativa electoral ya hubieran retirado su propaganda; unas 70 toneladas según la estimación de Alejandro Fabre Bandini, secretario de Medio Ambiente y Servicios Públicos del Ayuntamiento de Puebla.

Si esto es en la capital ¿Cómo andará el resto de la entidad?

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En "empate técnico", concluyó el conflicto entre unas 30 enfermeras del hospital de Traumatología y Ortopedia del Seguro Social y su director, Jaime Salvatori Rubí, por un presunto maltrato del funcionario.

Ellas, aprovechando la visita de Francisco Javier Torres Zenteno, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores del Seguro Social Sección 1, expresaron su descontento contra Salvatori Rubí por la forma déspota en que las trata al darles órdenes o hacerles alguna corrección en su trabajo.

El titular del sanatorio no se quedó callado y se defendió, justificando que las quejas han surgido a partir de que se exige a las enfermeras que cumplan con el manual de procedimientos, en aspectos como utilizar el uniforme completo y que acompañen a los médicos en la visita a los pacientes, por lo que al pedirles un correcto desempeño éstas se disgustaron.

Finalmente, el que metió paz fue el líder del sindicato, quien se limitó a negar los problemas en esa unidad hospitalaria, aunque lo más probable es que haya mediado para dar fin de tajo al conflicto, y así evitar perjudicar a los derechohabientes.

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En verdad que los habitantes de la capital no entienden.

Recién comentábamos que los gimnasios al aire libre creados por el Ayuntamiento han sufrido infinidad de robos y vandalismo en sus aparatos, ocasionados por ciudadanos sin escrúpulos, para ahora saber que hasta con las plantas de ornato arremeten.

Y es que, según estadísticas de la Comuna, más de la mitad de los 60 mil arbustos de ornato colocados al año en camellones, parques y jardines, son destruidos o robados por la población para llevarlas a sus hogares.

Mientras, la ciudad se queda pelona y pierde color y frescura.

Lo curioso es que en zonas como La Paz también se dan esos hurtos.

Aunque es muy improbable, -eso pensamos- que sean los mismos vecinos los que se lleven a sus casas las bugambilias y begonias que planta el gobierno municipal.

Eso sería perder el estilo.